A la vejez, viruelas
Cuando Grinderman publicó en 2007 su primer álbum, parecía un entretenimiento puntual. Nick Cave relajándose siendo uno más en una banda y no la estrella. Un descanso en el cuarto de juegos eléctrico para él, Warren Ellis y Jim Sclavunos, sus lugartenientes. Parece que se divirtieron tanto como para repetir. Por eso, en esta segunda entrega no hay grandes diferencias con su debut. A pesar de concesiones al relajo como Palaces of Moctezuma, hay sobre todo rock and roll lleno de testosterona, distorsión, ruido y energía. En la portada del álbum aparece un lobo solitario en medio de...
Cuando Grinderman publicó en 2007 su primer álbum, parecía un entretenimiento puntual. Nick Cave relajándose siendo uno más en una banda y no la estrella. Un descanso en el cuarto de juegos eléctrico para él, Warren Ellis y Jim Sclavunos, sus lugartenientes. Parece que se divirtieron tanto como para repetir. Por eso, en esta segunda entrega no hay grandes diferencias con su debut. A pesar de concesiones al relajo como Palaces of Moctezuma, hay sobre todo rock and roll lleno de testosterona, distorsión, ruido y energía. En la portada del álbum aparece un lobo solitario en medio de una casa de mármol blanco. Y uno diría que así se ven estos cincuentones: demasiado fieros para el show business.