Cartas al director

Sobre la huelga general

Desde mi parecer, la convocatoria de una huelga general es un acontecimiento que debe tratarse con enorme cuidado y respeto por su gran trascendencia. Supone la expresión máxima del descontento de los trabajadores en toda su extensión y con independencia de sector, provincia o categoría. Francamente, que UGT haya realizado spots -y no digamos el tema de Chiquilicuatre- en los que trata la cuestión como en las viñetas de Mortadelo, pero sin su fina gracia, da en qué pensar.

Parece que, consciente el sindicato del poco apoyo ciudadano con el que previsiblemente va a contar, quiera ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Desde mi parecer, la convocatoria de una huelga general es un acontecimiento que debe tratarse con enorme cuidado y respeto por su gran trascendencia. Supone la expresión máxima del descontento de los trabajadores en toda su extensión y con independencia de sector, provincia o categoría. Francamente, que UGT haya realizado spots -y no digamos el tema de Chiquilicuatre- en los que trata la cuestión como en las viñetas de Mortadelo, pero sin su fina gracia, da en qué pensar.

Parece que, consciente el sindicato del poco apoyo ciudadano con el que previsiblemente va a contar, quiera ahora darle un giro, convirtiéndola en un acto gracioso, una bufonada y además orientada no contra las políticas del Gobierno, sino hacia un partido que aún está en la oposición y que, desde luego, no es el responsable de las medidas adoptadas por el Ejecutivo que son sobre las que, imagino, debería estar orientada la protesta.

Si creen que se han confundido, desconvóquenla. En caso contrario, arriésguense a sus consecuencias. Pero no mezclen huelga y frivolidad. A los trabajadores no nos agrada. ¡Nada!- Alfonso Ruano. Madrid

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Soy una trabajadora entre las 16.000 que hemos estado "a media mañana" en el Palacio Vistalegre en un acto de afirmación sindical. Para ello, me he levantado antes de las cinco de la mañana y me he pasado más de ocho horas en un incómodo autobús y he comido a base de bocadillos (otros, han ido desde mucho más lejos). Les aseguro que hubiera estado mucho más cómoda sentada en mi puesto de trabajo atendiendo a mi público, cosa que me encanta hacer.

He hecho todo esto porque creo en la fuerza de los trabajadores organizados y quiero aportar todo lo que esté en mi mano para dejar a mis hijos y a todos los hijos un futuro mejor, más solidario y sensato. Creo que es posible y actúo en consecuencia.

Ahora bien, estaba escuchando la radio y he tenido que levantarme a contestaros, a los cenizos de siempre que nos criticabais. Los que pensáis solo en el dinero, en el de vuestros propios bolsillos, y no sabéis mirar a más de un palmo de vuestras narices, los que pensáis que todos somos como vosotros... Nunca lo entenderéis, pero ¿sabéis qué? tampoco me importa. Ahora me voy a dormir muy tranquila y satisfecha.- Elena Anadón Santafé. Zarazoga.

Archivado En