Scola arrolla a Brasil

Los dos trenes sudamericanos chocaron en un duelo precioso y apasionante, igualadísimo, tan bonito que fue una lástima que llegara tan pronto, en octavos, porque eso supuso que cayera uno de los grandes muy temprano. Fue Brasil, la campeona de América, incapaz de frenar a Scola, el pívot que hizo canastas de todos los colores para Argentina.

Duelos de gran intensidad, de los que hacen saltar chispas, se sucedían en cada rincón de la pista: Marcelinho contra Prigrioni, Barbosa frente a Delfino, Oberto y Scola ante Splitter y Varejao. No hubo descanso en ninguna canasta y sí muchas accion...

Los dos trenes sudamericanos chocaron en un duelo precioso y apasionante, igualadísimo, tan bonito que fue una lástima que llegara tan pronto, en octavos, porque eso supuso que cayera uno de los grandes muy temprano. Fue Brasil, la campeona de América, incapaz de frenar a Scola, el pívot que hizo canastas de todos los colores para Argentina.

Duelos de gran intensidad, de los que hacen saltar chispas, se sucedían en cada rincón de la pista: Marcelinho contra Prigrioni, Barbosa frente a Delfino, Oberto y Scola ante Splitter y Varejao. No hubo descanso en ninguna canasta y sí muchas acciones de muy alto nivel, la mejor antesala para los cuartos que hoy comienzan. Scola fue una tortura para Brasil porque es una máquina de anotar desde cualquier distancia y se mueve como un bailarín, infalible desde media distancia, sin nadie que fuera capaz de frenarle, y Delfino machacó desde lejos y con sus penetraciones; en Brasil, Huertas dirigió a todo trapo, y Barbosa funcionó como acostumbra, a mil revoluciones.

Al final surgió la tradicional personalidad argentina y, sobre todo, un gigantesco Scola, con 37 puntos. Fabuloso.

En el otro partido de ayer, Lituania, 78, China, 67.