Necrológica:

Adiós a un deportista épico

Muere Alejandro Febrero, el nadador vigués que participó en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948

"Con Alejandro Febrero se ha ido un personaje épico, de unos tiempos en que ser deportista era algo muy sacrificado". Franco Cobas, presidente del Real Club Náutico de Vigo, cuna de deportistas olímpicos, se emociona al recordar al amigo y deportista excepcional que fue Alejandro Febrero, fallecido en Vigo el pasado viernes, a los 85 años. Febrero era el deportista gallego más longevo que había participado en unos Juegos Olímpicos, los de Londres, en 1948, donde había visto por vez primera una televisión, como recordaba hace un par de años para EL PAÍS, donde también contó que se hizo nadador ...

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"Con Alejandro Febrero se ha ido un personaje épico, de unos tiempos en que ser deportista era algo muy sacrificado". Franco Cobas, presidente del Real Club Náutico de Vigo, cuna de deportistas olímpicos, se emociona al recordar al amigo y deportista excepcional que fue Alejandro Febrero, fallecido en Vigo el pasado viernes, a los 85 años. Febrero era el deportista gallego más longevo que había participado en unos Juegos Olímpicos, los de Londres, en 1948, donde había visto por vez primera una televisión, como recordaba hace un par de años para EL PAÍS, donde también contó que se hizo nadador porque su padre le llevó a ver una película de Tarzán, y se quedó impactado con Johnny Weissmuller.

Soñaba con volver a la capital británica durante los Juegos Olímpicos de 2012

Aunque madrileño de nacimiento, Febrero se formó como nadador en Vigo. Como no había piscina, empezó a entrenarse "en una playa que ahora es un relleno, muy cerca de una desembocadura del alcantarillado", rememoraba en la misma entrevista, en la que contaba su rudimentario método de entrenamiento en el mar: "se ponían bateas cada 33 metros, y así calculábamos unos 100 metros en tres largos, pero el agua del mar estaba helada, a 12 o 13 grados, y sólo se podía ir en verano".

Hijo de un ferroviario socialista suspendido de empleo y sueldo por participar en 1934 en una huelga, su padre fue "aconsejado" para que cambiase de destino. La familia se mudó a La Fuente de San Esteban, en Salamanca, donde el lugar más cercano para nadar era un río a 10 kilómetros del pueblo. Las condiciones de entrenamiento eran infrahumanas, y Febrero nadaba en una charca donde abrevaba el ganado. En uno de los entrenamientos tragó agua, y le diagnosticaron una infección en un pulmón, que lo paralizó un mes. Febrero recordaba como los bañadores eran de cuerpo entero, hasta que en Londres?48 ya empezaron a usar el slip, a pesar del excesivo pudor que imperaba en la época: "Nos hicieron una foto para Marca, pero después la pintaron por encima como si llevásemos bañador".

Alejandro Febrero accedió a los Juegos de Londres?48 después de alcanzar el subcampeonato de España en 400 y 1.500 metros, celebrado en Canarias en 1947. El barco tardaba una semana en llegar a las islas y, ante la carencia de agua y de piscina, se entretenía corriendo los largos que podía en cubierta. Febrero recordaba como los Juegos de Londres, los primeros después de la Segunda Guerra Mundial, fueron especiales: "Todo era muy austero, había edificios dañados por bombas, solares vallados, y hasta manzanas enteras derribadas".

Hasta hace pocas semanas, era habitual ver a Alejandro Febrero nadando en la piscina del Náutico de Vigo todas las semanas. A pesar de la aparente buena salud de este deportista al que "admiraban y respetaban", Cobas explica como "una leucemia galopante lo barrió en menos de un mes". El fallecimiento de este longevo deportista lo ha dejado sin poder cumplir un sueño que había confesado que le ilusionaba: regresar a Londres con motivo de la olimpiada de 2012.

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