Otro Tour comienza de nuevo

Este Tour terminará y entonces sí que podré tener un discurso diferente, pero la verdad es que mañana comienza otro Tour. Es decir, que esto ya ha comenzado tres veces. Comenzó en Rotterdam, con un prólogo que sirvió para repartir los primeros maillots y para empezar a evaluar el estado de forma de los corredores. Volvió a comenzar al día siguiente, con una nueva fase de tres etapas complicadas en las que se podían dar circunstancias que te eliminaran de la carrera, como pasó por ejemplo con Frank Schleck. Recomenzó de nuevo en Cambrai, con otras tres etapas en las que el calor ha apret...

Este Tour terminará y entonces sí que podré tener un discurso diferente, pero la verdad es que mañana comienza otro Tour. Es decir, que esto ya ha comenzado tres veces. Comenzó en Rotterdam, con un prólogo que sirvió para repartir los primeros maillots y para empezar a evaluar el estado de forma de los corredores. Volvió a comenzar al día siguiente, con una nueva fase de tres etapas complicadas en las que se podían dar circunstancias que te eliminaran de la carrera, como pasó por ejemplo con Frank Schleck. Recomenzó de nuevo en Cambrai, con otras tres etapas en las que el calor ha apretado en sentido ascendente a los corredores, y en las que la carrera ha dado un tajo importante al mapa de Francia -han pasado de la frontera belga del Norte a Borgoña central-. Y hoy comienza de nuevo otro Tour, con salida en Tournus y llegada en la Station Des Rousses, en lo que será el primer y siempre temido contacto con la montaña. Un puerto de cuarta, dos de tercera y tres de segunda, que servirán de aperitivo para afrontar los primeros puertos de primera; los que aparecen en el libro de ruta al día siguiente en la etapa de Morzine-Avoriaz.

Violento como siempre este contacto con la montaña, cambio de desarrollo y todo ese cuento que no es exacto, pero además este año con un plus de violencia, porque las próximas dos etapas tienen llegada en alto. Station des Rousses, 14 kms al 5%, a los que siguen unos 4 últimos kms llanos; un segunda de los largos y duros, pero un segunda. Y Morzine-Avoriaz, 13.6 al 6.1%, un primera no muy duro con rampas máximas del 8%, pero al que precede el Col de La Ramaz, más duro, más largo y con porcentajes más altos, tanto de media como de máxima.El estrés o el escuatro de todos estos días pasará mañana factura. Veremos quién la paga. Nadie quiere hacerlo, pero todos los años hay alguno que la paga.

Ayer Cavendish volvió por sus fueros, esta vez sin lágrimas de cocodrilo en el podium. Ganó con superioridad, como lo hacía el año pasado. Pero sin el tren del Columbia al que nos tenía acostumbrados, aunque aún con el fenomenal lanzamiento de Renshaw, al que le debe también unas cuantas victorias de las del año pasado.

Se aprovecharon perfectamente del trabajo que Garmin realizó para Farrar de manera soberbia. Afrontaron el sinuoso último kilómetro con tres hombres en cabeza y se plantaron en el último rectilíneo de 500 metros aún con Dean y Hunter en cabeza. Si Farrar hubiese estado a su rueda, difícilmente se le hubiese escapado la etapa. Pero el americano parecía más preocupado en seguir la rueda de Cavendish que la de sus compañeros. Por ello que al final fueron los del Garmin quienes terminaron haciendo un trabajo perfecto para Cavendish. Freire, advertido de la dificultad del final, se encontraba en una buena posición, pero un pinchazo le expulsó de la lucha final.

La montaña ya está aquí. Ahora de ida y vuelta, la última semana vendrá para quedarse. Y alguno de los que la ansía terminará hastiado. Alguno no, la gran mayoría.