Efectos constructivos y palpables
Las abundantes, intensas y prolongadas lluvias caídas en el Principado de Asturias el pasado mes de junio causaron cuantiosos daños en infraestructuras y bienes públicos y privados que, según las primeras estimaciones apuntadas por los medios de comunicación, podrían haber ocasionado pérdidas por un valor superior a los 100 millones de euros; una cifra respetable, y mucho más en estos tiempos.
Se calcula que las medidas de protección adoptadas ante las Cumbres del G-20 y del G-8 celebradas durante dos días del mismo mes en Canadá, han costado más de 800 millones de euros. Los fenómenos ...
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Las abundantes, intensas y prolongadas lluvias caídas en el Principado de Asturias el pasado mes de junio causaron cuantiosos daños en infraestructuras y bienes públicos y privados que, según las primeras estimaciones apuntadas por los medios de comunicación, podrían haber ocasionado pérdidas por un valor superior a los 100 millones de euros; una cifra respetable, y mucho más en estos tiempos.
Se calcula que las medidas de protección adoptadas ante las Cumbres del G-20 y del G-8 celebradas durante dos días del mismo mes en Canadá, han costado más de 800 millones de euros. Los fenómenos meteorológicos agudos y sus consecuencias no son pactados o convenidos con la naturaleza, pero las planificadas reuniones de los líderes mundiales deberían ser mucho más económicas y, sobre todo, menos estériles. Para acordar que no hay acuerdos y que cada cual se busque la vida, en pleno siglo XXI bien podrían utilizarse las videoconferencias. ¿No se demanda a la población más austeridad, productividad y eficiencia?
Para que los ciudadanos valoren y depositen la confianza en la actividad política y en sus dirigentes es necesario que sus efectos sean constructivos y palpables no solo para unos pocos, sino para la inmensa mayoría.