El nuevo orden financiero mundial

La mención a la moneda china se descuelga del comunicado

Estados Unidos y sus aliados han desistido de hacer una referencia a la moneda china, el yuan, en el comunicado final de la cumbre del G-20. Una primera versión del documento saludaba la reciente decisión de China de flexibilizar su moneda. Pero las suspicacias de Pekín al respecto, según fuentes cercanas a la negociación, han hecho abandonar la idea, abanderada sobre todo por la Administración estadounidense. "China no quería que se la mencionara explícitamente, ni siquiera para bien", explicó una fuente conocedora de los documentos.

China ya había advertido de que el debate sobre la c...

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Estados Unidos y sus aliados han desistido de hacer una referencia a la moneda china, el yuan, en el comunicado final de la cumbre del G-20. Una primera versión del documento saludaba la reciente decisión de China de flexibilizar su moneda. Pero las suspicacias de Pekín al respecto, según fuentes cercanas a la negociación, han hecho abandonar la idea, abanderada sobre todo por la Administración estadounidense. "China no quería que se la mencionara explícitamente, ni siquiera para bien", explicó una fuente conocedora de los documentos.

China ya había advertido de que el debate sobre la cotización del yuan -que Estados Unidos y Europa consideran artificialmente devaluado para favorecer las exportaciones chinas al tiempo que desincentiva las importaciones- no cabía en los foros internacionales como el del G-20 o el G-8, pero el borrador del sábado incluía el siguiente texto: "Nos felicitamos por las medidas adoptadas, por los esfuerzos de China para impulsar la demanda interna y reformar el régimen de tipo de cambio del renminbi (el yuan) y mejorar la flexibilidad del tipo de cambio". En su lugar, se incluyó una referencia implícita a China: "Las economías emergentes con superávit adoptarán las reformas oportunas que correspondan a las circunstancias de cada país".

El texto se limita a una alusión a los países con superávit comercial
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El Banco Popular de China decidió, el pasado 19 de junio, relajar modestamente la cotización de su moneda, que se mantiene desde años pegada a la del dólar. Con esa medida, China pretendía amortiguar las críticas conjuntas que ya preveía que podía recibir en la cumbre del G-20.

Más allá de las tibiezas del comunicado, el presidente de EE UU, Barack Obama, se refirió a la política monetaria china con contundencia. En la conferencia posterior a las reuniones del G-20, Obama aseguró que China necesita ser "seria" en su promesa de flexibilizar el yuan, de modo que el terreno de juego sea el mismo para todos los países. Mantener la moneda infravalorada "le ha concedido una ventaja comercial significativa", por lo que "debe escuchar el mensaje de otros países". El mandatario estadounidense aseguró que vigilará muy de cerca el comportamiento del yuan para ver si la fluctuación que adopta es suficiente.

El presidente chino, Hu Jintao, había asegurado previamente: "La tendencia hacia un equilibrio monetario se ha acelerado", pero los cambios no son "de la noche a la mañana".

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