La impericia condena a Nigeria

Nigeria llegaba a la última jornada con un desolador balance de dos derrotas en otros tantos partidos y a un gol estuvo de clasificarse para los octavos de final. Pero su incompetencia en ambas áreas condenó a los nigerianos, que se convierten así en el tercer equipo africano eliminado del Mundial, después de Camerún y Sudáfrica.

El partido arrancó impreciso y desorganizado. El centro del campo era una madeja de piernas en las que no fluía el juego de ninguno de los equipos. La lucha entre el músculo rocoso de los africanos y el nervio grácil de los surcoreanos, a priori desigual, quedó...

Nigeria llegaba a la última jornada con un desolador balance de dos derrotas en otros tantos partidos y a un gol estuvo de clasificarse para los octavos de final. Pero su incompetencia en ambas áreas condenó a los nigerianos, que se convierten así en el tercer equipo africano eliminado del Mundial, después de Camerún y Sudáfrica.

El partido arrancó impreciso y desorganizado. El centro del campo era una madeja de piernas en las que no fluía el juego de ninguno de los equipos. La lucha entre el músculo rocoso de los africanos y el nervio grácil de los surcoreanos, a priori desigual, quedó igualada por la imprecisión colectiva.

Nigeria encontró el premio del gol mucho antes de merecerlo. En los primeros compases, la contundente zancada de Odiah por la banda derecha dejó en bandeja el remate a Uche, que acertó al resolver desde la segunda línea. Corea se repuso del golpe en mayor medida por la falta de firmeza nigeriana que por su propia disposición y criterio. En ese punto, el guardameta nigeriano Enyeama reclamó su cuota de protagonismo para convertirse en el enésimo cancerbero bajo sospecha. Atenazado por los nervios, impreciso, con los guantes blandos y escurridizos, el portero contagió sus nervios al equipo. Primero, se mostró dubitativo en un centro desde la izquierda que recogió Lee Jung Soo. El coreano quiso rematar de cabeza pero al final logró el tanto casi con la espinilla. Después, a la vuelta de los vestuarios, colocó mal la barrera y regaló el palo que parecía tener controlado. Así llegó el segundo tanto coreano tras el lanzamiento de Chu Young. Corea del Sur ya tenía el premio y a Nigeria le quedaba media hora para arreglar todo lo que había estropeado para lograr la hazaña de pasar a los octavos de final. Así, se lanzó en busca de los goles que le faltaban. Y los tuvo muy cerca. A un palmo en concreto. La distancia a la que Yakubu falló un disparo a puerta vacía. Después él mismo mitigó el desaguisado consiguiendo el tanto del empate tras un penalti. El tramo final fue un quiero y no puedo del ataque nigeriano con más empuje que llegada. Con más pasión que criterio. Pero no valió. Corea del Sur aguantó la embestida final y terminó por conquistar la plaza. Se enfrentará a Uruguay que horas ante había vencido a México.