Ya no está bajo sospecha

Todos fallan menos Brasil, que juega feo pero efectivo, que sale a jugar cada partido como si fuera el último. Es el Brasil que esperábamos, muy diferente al de otras épocas, pero que está bien encaminado hacia el triunfo porque va mejorando y no tiene dependencias. Tras el partido contra Corea del Norte, parecía que solo Maicon y Robinho podían activar al equipo. Ayer apenas tuvieron relevancia y su testigo lo tomaron Kaká y Luis Fabiano. Ambos estaban muy presionados tras su mala actuación en el estreno.

Kaká volvió a fallar más pases de los debidos y sufrió una expulsión que le apart...

Todos fallan menos Brasil, que juega feo pero efectivo, que sale a jugar cada partido como si fuera el último. Es el Brasil que esperábamos, muy diferente al de otras épocas, pero que está bien encaminado hacia el triunfo porque va mejorando y no tiene dependencias. Tras el partido contra Corea del Norte, parecía que solo Maicon y Robinho podían activar al equipo. Ayer apenas tuvieron relevancia y su testigo lo tomaron Kaká y Luis Fabiano. Ambos estaban muy presionados tras su mala actuación en el estreno.

Kaká volvió a fallar más pases de los debidos y sufrió una expulsión que le apartará del partido contra Portugal, pero tuvo más movilidad y fue determinante cerca del área rival, que es donde se le pide que marque diferencias en el último pase. Luis Fabiano mostró todo lo que conocemos los que le seguimos en el Sevilla. En Brasil se le discute porque muchos creen que no tiene el nivel de otros delanteros centros históricos de la selección, como Ronaldo, Romario, Bebeto o Careca, pero es lo que hay en este momento y bastante fruto ofrece al equipo. Siempre que le llega la pelota marca. No necesita muchas oportunidades para hacerlo y eso es clave en un equipo armado de la manera que lo ha hecho Dunga.

Todos fallan menos Brasil, que juega feo pero efectivo, que sale a cada partido como si fuera el último

Ganó fácil Brasil un partido que particularmente esperaba con mucho respeto, casi diría que con miedo. Contra Portugal me gustó lo que vi de Costa de Marfil, un equipo con una buena disposición, toque y llegada. Ayer incluso con Drogba de inicio. Pero salieron a jugar con demasiado respeto y Brasil fue a lo suyo. Si algo caracteriza a los equipos de Dunga es que juegan siempre igual, ganen por goleada o empaten. Y van in crescendo. Comienzan pausados, con lentitud para mover la pelota, con mucha paciencia. Los jugadores saben que siempre va a aparecer una posibilidad de marcar y saben también que lo más normal es que la aprovechen. No es un equipo que tenga la velocidad entre sus características, pero, ¡ojo!, Brasil es pura efectividad. Hay equipos que se defienden bien, pero atacan peor; otros son buenos moviendo la pelota, pero tienen errores atrás y lo pagan. Brasil se ha planteado ser buena en las dos áreas.

Al final, siempre es cuestión de resultados. Las grandes selecciones europeas han comenzado con vaivenes, con tropiezos y, mientras tanto, Brasil da pasos adelante en su rendimiento, es un equipo en evolución que sabe que debe ganar siete partidos para levantar la Copa. Puede que a muchos no les guste, que otros pidan espectáculo, pero yo soy optimista: muchos equipos habían ganado el Mundial antes de llegar a Sudáfrica, Brasil estaba bajo sospecha, pero hoy ya está en los octavos de final.