Cuidar al cuidador

Las tres hermanas y un solo rating verdadero, en el mundo conocidas por sus nombres Standard & Poor's, Moody's y Fitch, en parecidas fechas han rebajado sus respectivas calificaciones para España desde las señeras Triples AES (no es alusión) a escalones más modestos, quizá justos y en todo caso estimulantes para que los españoles tomemos medidas hacia una reducción o mayor control del gasto.

Pero si nuestras autoridades, y ciudadanos en general, habíamos pecado en ese campo, las primeras incurrieron en otro error, precisamente en su relación con tales omniscientes y omnímo...

Las tres hermanas y un solo rating verdadero, en el mundo conocidas por sus nombres Standard & Poor's, Moody's y Fitch, en parecidas fechas han rebajado sus respectivas calificaciones para España desde las señeras Triples AES (no es alusión) a escalones más modestos, quizá justos y en todo caso estimulantes para que los españoles tomemos medidas hacia una reducción o mayor control del gasto.

Pero si nuestras autoridades, y ciudadanos en general, habíamos pecado en ese campo, las primeras incurrieron en otro error, precisamente en su relación con tales omniscientes y omnímodas agencias. Relación que no cuidaron. Pensemos en el ejemplo de la banca norteamericana que -como ha dicho el senador Carl Levin-, bien se cuidó de obtener de las agencias calificaciones positivas sobre las tan exitosas operaciones especulativas base subprime; recordemos a John Paulson cuando hundía Lehman Brothers bajo bendición de los auditores. Había que haber cultivado una tan buena supervisión como la que el anterior Gobierno griego logró para sus cuentas. Hay que saber cómo cuidar al cuidador.

¡Ay, España, mira que no haber tenido nunca un detalle con doñas rating! No sé, un obsequio, algún traje en Milano para sus ejecutivos, un algo...