MI MUNDIAL | SUDÁFRICA 2010 | La otra mirada

"Son dos horas de reconquista de la ciudad"

Pertenezco a ese pequeño grupo de personas que aprovecha los días de fútbol para disfrutar del vacío urbano que se produce con dicho acontecimiento deportivo. Son unas tardes donde se respira un ambiente especial e insólito con la desertización de las calles. Algo importante parece estar pasando al otro lado, en los infinitos mundos del interior donde cada pantalla de televisión se transforma en el único centro de atención. Millones de personas quedan desconectadas del exterior.

De vez en cuando, el silencio de las calles se rompe con un zumbido de voces confusas o con un atronador "goo...

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Pertenezco a ese pequeño grupo de personas que aprovecha los días de fútbol para disfrutar del vacío urbano que se produce con dicho acontecimiento deportivo. Son unas tardes donde se respira un ambiente especial e insólito con la desertización de las calles. Algo importante parece estar pasando al otro lado, en los infinitos mundos del interior donde cada pantalla de televisión se transforma en el único centro de atención. Millones de personas quedan desconectadas del exterior.

De vez en cuando, el silencio de las calles se rompe con un zumbido de voces confusas o con un atronador "goool". Unos segundos después, el silencio se instala de nuevo. Son casi dos horas de reconquista de la ciudad. Pero hoy llego antes a casa y el partido todavía no ha terminado. He pasado al otro lado de la realidad y en pocos minutos me veo envuelto, como uno más, en la fiebre del fútbol. En este contexto, afloran la más variada gama de emociones. Se desatan todas las pasiones, nobles e innobles. Este deporte puede ser un buen termómetro que mide los comportamientos cívicos de colectivos y sociedades de gran parte del mundo.

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