Tribuna:

Estrategias de salida en emergentes

Las economías emergentes, en especial las asiáticas y las de América Latina, están creciendo a un ritmo muy rápido. Asia está liderando la recuperación global y reaparece como la región más dinámica. Y América Latina no sólo consolida, sino que acelera el proceso de reactivación económica, al tiempo que esta se hace extensiva a casi todos los países de la región.

Una consecuencia inmediata es que muchas de estas economías estarían cerrando sus brechas de producto muy rápido. Esto es especialmente cierto para aquellas que van más adelantadas en el ciclo, esto es, buena parte de las asiát...

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Las economías emergentes, en especial las asiáticas y las de América Latina, están creciendo a un ritmo muy rápido. Asia está liderando la recuperación global y reaparece como la región más dinámica. Y América Latina no sólo consolida, sino que acelera el proceso de reactivación económica, al tiempo que esta se hace extensiva a casi todos los países de la región.

Una consecuencia inmediata es que muchas de estas economías estarían cerrando sus brechas de producto muy rápido. Esto es especialmente cierto para aquellas que van más adelantadas en el ciclo, esto es, buena parte de las asiáticas y, en América Latina, Brasil. Así, en un plazo relativamente corto, estas economías estarán creciendo en torno o por encima de su potencial.

Muchas economías de Asia y Brasil estarían cerrando sus brechas de producto muy rápido

En este contexto es en el que se plantea especialmente para las economías más adelantadas en el ciclo la necesidad de activar la retirada de los estímulos monetarios para alinear las condiciones monetarias con la situación cíclica. Ello es importante básicamente por varias razones.

Primero, porque las condiciones de partida son en muchos casos muy acomodaticias. Basta comparar, por ejemplo, el grado de desalineamiento de los tipos de interés reales con los de interés considerados neutrales. En promedio, el diferencial entre los tipos de interés neutrales y los actuales se sitúa 300 puntos básicos. A ello habría que sumar el estímulo derivado de las medidas de liquidez adoptadas en muchos países por diferentes vías. Además en algunos hay que considerar que los tipos de cambio están muy por debajo de sus niveles de equilibrio (China, o India y Corea en menor medida), es decir, que presentan un grado de infravaloración fuerte, lo que contribuye a relajar las condiciones financieras.

Segundo, porque se enfrentan riesgos en caso de no hacer una retirada a tiempo de los estímulos, sobre todo riesgos de sobrecalentamiento de las economías: presiones inflacionistas en bienes y, lo más preocupante, en activos. En general, los niveles actuales y las perspectivas de inflación no son preocupantes, en el entorno del 3%; no obstante, se constata un aumento generalizado y en algunos países acompañado de un deterioro de las expectativas de inflación. El foco, además, está en el alza de los precios de ciertos activos y en la posible aparición de burbujas en algunos mercados. Un elemento que, si bien está muy focalizado en algunos países y activos (sector inmobiliario), también hay que considerar.

Ambos elementos, unidos al hecho de que a uno y otro lado las economías de mayor peso son las que afrontarían mayores riesgos, contribuyen a poner un foco en la retirada de estímulos monetarios.

La cuestión que subyace aquí es si se está haciendo de forma apropiada y si se están valorando convenientemente los riesgos, en especial en Asia. Las condiciones domésticas apuntan a la adopción de medidas más contundentes para enfriar la economía. Pero, en sentido contrario, la evolución de los mercados internacionales está generando crecientes dudas sobre la sostenibilidad de la recuperación global ante el contagio de la crisis europea, lo que impone un sesgo bajista en la gestión de la política monetaria. Sin duda, el manejo de estos riesgos, quedarse corto o pasarse, constituye no sólo un gran reto para las economías emergentes, sino también un factor de incertidumbre para la economía global.

Sonsoles Castillo es economista jefe de la unidad de economías emergentes del BBVA Research

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