Análisis:EL ACENTO

El guionista de la Liga

El guionista de la Liga merecería un Oscar. Supo, como Hitchcock, combinar la incertidumbre mantenida hasta el último minuto con un desenlace básicamente previsible que limitara los efectos de la derrota. Se dijo al inicio de la temporada que este año había dos ligas: la del Barça y el Madrid, por el título, y la del resto. Pero hubo más: la de disputa de los otros dos puestos que dan acceso a la Champions, la de los que lo dan a la Liga Europa y la de los que luchan por eludir el descenso. El guionista lo preparó todo de forma que en las cuatro ligas se llegase a la última jornada sin ...

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El guionista de la Liga merecería un Oscar. Supo, como Hitchcock, combinar la incertidumbre mantenida hasta el último minuto con un desenlace básicamente previsible que limitara los efectos de la derrota. Se dijo al inicio de la temporada que este año había dos ligas: la del Barça y el Madrid, por el título, y la del resto. Pero hubo más: la de disputa de los otros dos puestos que dan acceso a la Champions, la de los que lo dan a la Liga Europa y la de los que luchan por eludir el descenso. El guionista lo preparó todo de forma que en las cuatro ligas se llegase a la última jornada sin nada decidido.

Ello permitió a las televisiones programar dos sesiones apasionantes, en jornadas de sábado y domingo. En la primera, la incertidumbre se mantuvo hasta el descuento, cuando un chaval de 19 años, Rodri, con ficha del segundo equipo del Sevilla, marcaba en el minuto 94 el tercero contra el Almería, que metía a su equipo en la Champions, desalojando al Mallorca, que se tenía que conformar con la Liga Europa, junto al Getafe; y quedaba fuera el Villarreal, pese a haber remontado un 3-0 en Zaragoza.

Para mantener la emoción, el guionista dispuso que los únicos aspirantes al título tuvieran que enfrentarse a dos de los cinco en peligro de descenso. Davides contra Goliats. El Barcelona le metió cuatro al Valladolid, enviándolo a Segunda, y el Madrid empató con el Málaga, que también habría descendido si no fuera porque el guión había previsto un gol del Valencia al Tenerife en el minuto 91 que condenaba a los canarios. Lo curioso del caso es que, excepto el cambio del Málaga por el Valladolid entre los descendidos, todo quedó como estaba al inicio de la jornada, tanto por arriba como por abajo: fue una incertidumbre lampedusiana.

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La dimensión del triunfo del Barça la dan los datos del vencido. El Madrid cayó tras haber cosechado 96 puntos y marcado 102 goles. Sirva como referencia que la temporada anterior el campeón lo fue con 87 puntos y que el Inter, verdugo de los de Guardiola en la Champions, ha ganado el campeonato italiano con 82 puntos (y 75 goles); el Chelsea ha sido campeón con 86 (y 103 goles) y el Olympique de Marsella con 78 (y 69 goles). El Barcelona ha sumado 99 puntos y 98 goles.

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