Cartas al director

En recuerdo de Vidal-Beneyto

La muerte de José Vidal-Beneyto me ha traído al recuerdo el profundo impacto que me produjo su libro Homo digitalis. Allí aparecía el gran sociólogo como un oteador de nuevos horizontes de comunicación fundamentados en Internet, tal como hoy la conocemos. Para muchos aquello era demasiado utópico para ser posible. En la polémica que se había inventado Umberto Eco con aquel falso dilema entre apocalípticos e integrados, Vidal-Beneyto apostó claramente por integrar las nuevas tecnologías digitales en la vida ordinaria de las personas y de las instituciones.

Empleó toda su capacidad...

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La muerte de José Vidal-Beneyto me ha traído al recuerdo el profundo impacto que me produjo su libro Homo digitalis. Allí aparecía el gran sociólogo como un oteador de nuevos horizontes de comunicación fundamentados en Internet, tal como hoy la conocemos. Para muchos aquello era demasiado utópico para ser posible. En la polémica que se había inventado Umberto Eco con aquel falso dilema entre apocalípticos e integrados, Vidal-Beneyto apostó claramente por integrar las nuevas tecnologías digitales en la vida ordinaria de las personas y de las instituciones.

Empleó toda su capacidad persuasiva para hacer comprender a los responsables políticos y educativos que una de las claves de la modernidad de España se encontraba en las TIC. Había demostrado que lo de la aldea global no era un tópico progre para esnobs, sino una necesidad para la democratización del conocimiento. Entonces no le hicieron mucho caso y hoy casi todos, menos los que medran con lo políticamente correcto, le reconocen su innegable mérito. Vidal-Beneyto nunca fue un oportunista de la política, por eso nunca quiso cargos de relumbrón pero inútiles. Era un lucido y crítico analista fundamentado en los valores del humanismo cristiano. Descanse en paz José Vidal-Beneyto.

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