Columna

Responsabilidad exigible

El temporal que ha tenido que soportar Andalucía desde mediados de diciembre ha sido el de mayor intensidad desde que existen registros de precipitaciones. "No hay antecedente histórico del nivel de precipitaciones que han acaecido en Andalucía", se dice en el informe que la Junta presentó el martes en la reunión en Madrid con el Gobierno de la nación para preparar el plan de recuperación para la comunidad. Y todavía, por lo que indican los informes meteorológicos, no sabemos por cuánto tiempo más y con qué intensidad vamos a tener que seguir soportándolo.

Quiere decirse, pues, que nos ...

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El temporal que ha tenido que soportar Andalucía desde mediados de diciembre ha sido el de mayor intensidad desde que existen registros de precipitaciones. "No hay antecedente histórico del nivel de precipitaciones que han acaecido en Andalucía", se dice en el informe que la Junta presentó el martes en la reunión en Madrid con el Gobierno de la nación para preparar el plan de recuperación para la comunidad. Y todavía, por lo que indican los informes meteorológicos, no sabemos por cuánto tiempo más y con qué intensidad vamos a tener que seguir soportándolo.

Quiere decirse, pues, que nos encontramos ante una situación de emergencia, que no ha requerido que se activara alguno de los mecanismos constitucionalmente previstos para hacer frente a la misma, como, por ejemplo, el estado de alarma, que se contempla expresamente para hacer frente a catástrofes naturales, porque afortunadamente la infraestructura que se ha ido construyendo en estos últimos decenios ha resistido bastante bien el embate y no ha sido necesario alterar el normal funcionamiento de las instituciones.

Pero en situación de emergencia nos encontramos y además en medio de la mayor crisis económica que se ha vivido desde hace setenta años. En qué medida las consecuencias del temporal van a afectar a nuestra deteriorada situación económica y van a dificultar la salida de la crisis, es algo que todavía no sabemos con exactitud, aunque sí podemos estar seguros de que nos van a afectar negativamente.

En tales circunstancias, lo menos que se puede pedir a los dirigentes políticos es seriedad a la hora de analizar la situación de emergencia y no complicar la gestión de la misma con especulaciones carentes de cualquier fundamento, que pueden generar alarma en la población de manera injustificada. Poner en duda que los desembalses en los pantanos andaluces se han decidido por los técnicos de la Agencia Andaluza del Agua y con criterios exclusivamente técnicos, como hizo hace un par de semanas el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, es de una insensatez incomprensible. No es posible que nadie en su sano juicio pueda pensar que hay una "política de desembalses" definida por el Gobierno de la Junta de Andalucía que tiene que ser "ejecutada" por los técnicos de la Agencia Andaluza del Agua. Ni en Andalucía ni en ninguna otra comunidad autónoma ha ocurrido jamás eso ni es previsible que vaya a ocurrir nunca. Que la Agencia Andaluza del Agua haya tenido que emitir un comunicado en este sentido, resulta esperpéntico.

La anécdota carecería de toda importancia, si no fuera porque puede ser indicadora de una actitud general que sí resultaría preocupante. Si ante una situación de emergencia objetiva no es posible que los distintos partidos políticos sean capaces de ponerse de acuerdo para ver de qué manera se pueden reducir los costes y se atiende a la población más directamente afectada es que hay algo muy profundamente deteriorado en nuestro sistema político. No puede haber colores políticos distintos cuando el problema al que hay que hacer frente es una emergencia por un temporal de lluvias o por un terremoto.

Todavía nos queda por hacer la evaluación definitiva de los daños y acordar las medidas para hacer frente a los mismos. En tal evaluación va a ser necesaria la colaboración de los gobiernos municipales con el autonómico y, por tanto, acuerdos interpartidarios. Esperemos que no se reproduzcan anécdotas como la de los desembalses y que exista la cooperación que en circunstancias como las que nos encontramos debería darse por descontada. En las próximas semanas lo comprobaremos.

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