Los efectos de cuatro meses de lluvias

"Los desembalses no provocan las inundaciones"

La Agencia Andaluza del Agua defiende que los pantanos evitan las crecidas

Los vecinos de pueblos como Écija, en Sevilla, o Palma del Río, en Córdoba, llevan semanas observando con temor el caudal que lleva del río que les riega: el Genil. Y todos ellos se preguntan qué decidirán hacer los responsables del embalse de Iznájar (Córdoba), el más grande de Andalucía (al 96% de sus 981 hectómetros cúbicos de capacidad). Este embalse es juez en el curso del Genil y pieza clave en la cuenca del Guadalquivir. Muchos de los afectados por las últimas inundaciones, como los parcelistas del entorno del Aeropuerto de Córdoba, han acusado de sus males a posibles desembalses repent...

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Los vecinos de pueblos como Écija, en Sevilla, o Palma del Río, en Córdoba, llevan semanas observando con temor el caudal que lleva del río que les riega: el Genil. Y todos ellos se preguntan qué decidirán hacer los responsables del embalse de Iznájar (Córdoba), el más grande de Andalucía (al 96% de sus 981 hectómetros cúbicos de capacidad). Este embalse es juez en el curso del Genil y pieza clave en la cuenca del Guadalquivir. Muchos de los afectados por las últimas inundaciones, como los parcelistas del entorno del Aeropuerto de Córdoba, han acusado de sus males a posibles desembalses repentinos e improvisados. Para defender su gestión, la Delegación de Medio Ambiente de Córdoba organizó ayer una visita a Iznájar para explicar sobre el terreno cómo se trabaja con el fin de "reducir las inundaciones".

"Los embalses se han vaciado con criterios técnicos estrictamente"
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"La gestión de los desembalses en este invierno extraordinariamente húmedo se ha hecho de manera óptima en Córdoba y en toda la cuenca del Guadalquivir", defendió vehementemente el gestor de la Agencia Andaluza del Agua en la provincia, Rafael Álvarez. "Las inundaciones que se han producido no se han debido a los desembalses. Es más, éstos han contribuido a reducirlas", subrayó. El responsable de las crecidas descontroladas ha sido, afirman en la Agencia, las extraordinarias precipitaciones del invierno.

Álvarez explicó que los embalses han contribuido a disminuir no sólo las crecidas extraordinarias, sino que han permitido que el caudal de los ríos se mantuviese por debajo del máximo que éstos tendrían si circulasen libremente (sin embalses que les frenasen). "Hay que mirar los desembalses no desde el punto de vista del caudal que vierten, sino del que sujetan, es decir, del que no vierten", resumió. "Ahora en Iznájar se desembalsa un caudal de 155 metros cúbicos por segundo, mientras que en su régimen natural sería de más de 300".

Álvarez recordó cuál ha sido una de las críticas más recurrentes que se ha hecho a los responsables de abrir o cerrar las compuertas de los pantanos. ¿Por qué no se abrieron antes las compuertas para evitar grandes avenidas de agua repentinas? "La Agencia Andaluza del Agua ha realizado los desembalses según criterios estrictamente técnicos en los que se siguen un protocolo de normas de explotación", afirmó el gerente. El responsable apuntó que los embalses han de mantener unos márgenes de seguridad, llamados resguardos mínimos, que permiten gestionar las avenidas extraordinarias de agua como las que se han vivido, garantizando a su vez, el abastecimiento. "No se puede desembalsar antes porque se corre el riesgo de llegar a primavera y verano con la cuenca vacía", dijo que el gerente. "Los embalses persiguen llenarse en la primera mitad del año hidrológico (de otoño a primavera) para dar servicio en la segunda mitad (verano), cuando se necesita agua para riego y consumo humano".

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