Crónica:REAL MADRID 3 - ESPANYOL 0 | 21ª jornada de Liga

Al Madrid le basta un rato

Los de Pellegrini ganan con suficiencia a un Espanyol anémico tras un buen primer tiempo y un segundo acto rddDestacado(2)

Hay detalles definitorios. Un gol, por ejemplo. El segundo del Real Madrid, consecuencia del fútbol con lazo, asociativo. Lo que da jugar con tres centrocampistas como Xabi Alonso, Granero y Guti. Kaká, por una vez, se descolgó al eje. Esta vez, no para arrancar hacia una portería lejana. El brasileño, individualista y atormentado en otras ocasiones, eligió el mejor atajo hacia el gol, un pase sencillo y centrado a Guti. Al instante, Granero se descolgó hacia el balcón del área del Espanyol. Guti lo advirtió, por supuesto, y el Pirata, que toca el violín con el empeine, embocó la pelota...

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Hay detalles definitorios. Un gol, por ejemplo. El segundo del Real Madrid, consecuencia del fútbol con lazo, asociativo. Lo que da jugar con tres centrocampistas como Xabi Alonso, Granero y Guti. Kaká, por una vez, se descolgó al eje. Esta vez, no para arrancar hacia una portería lejana. El brasileño, individualista y atormentado en otras ocasiones, eligió el mejor atajo hacia el gol, un pase sencillo y centrado a Guti. Al instante, Granero se descolgó hacia el balcón del área del Espanyol. Guti lo advirtió, por supuesto, y el Pirata, que toca el violín con el empeine, embocó la pelota en la cabeza de Raúl. Kameni respondió con agilidad, pero llegó Kaká, el primer enlace de la jugada, y el equipo catalán no tuvo remedio. Pausa, toque, búsqueda del espacio, movilidad y paciencia. Todas las cualidades en un gol de mucho calado para un Madrid que no siempre ha entendido que este juego no es uno contra todos, se llame como se llame. También lo ha comprendido Pellegrini. O eso parece a la espera del regreso de Cristiano Ronaldo. Con Sergio Ramos cada vez más asentado como central y Arbeloa más desinhibido en ataque, el mecano defensivo funciona; los tres enganches del centro han despejado cualquier duda, en Riazor, anoche durante más de una hora y meses antes. Ahora es cuestión del técnico cómo manejar, política y deportivamente, la vanguardia.

REAL MADRID 3 - ESPANYOL 0

Real Madrid: Casillas; Arbeloa, S. Ramos, Albiol, Marcelo; Granero, Xabi Alonso, Kaká, Guti (Lass, m. 69); Raúl (Van der Vaart, m. 83) y Benzema (Higuaín, m. 72). No utilizados: Dudek; Gago, Diarra y Drenthe.

Espanyol: Kameni; Rocanglia, Pareja (Amat, m. 72), Ruiz, David García; Baena, Márquez; Luis García (Marqués, m. 62), Verdú, Coro (Iván Alonso, m. 46); y Osvaldo. No utilizados: Álvarez; Pillud, Vilá y Sahar.

Goles: 1-0. M. 4. Granero saca una falta y Sergio Ramos cabecea dentro del área. 2-0. M. 29. Kaká remata tras un rechace de Kameni. 3-0. M. 90. Higuaín, tras una jugada personal.

Árbitro: Pérez Burrull. Amonestó a Osvaldo, S. Ramos, Rocanglia e Iván Alonso.

Unos 80.000 espectadores en el Bernabéu.

El segundo gol blanco combinó pausa, toque, búsqueda del espacio y movilidad
Nadie en una plantilla tan exquisita enrosca la pelota como Granero
El conjunto catalán, con pocas costuras, se entregó ya desde el calentamiento
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Sin oposición por la inconsistencia de un adversario en plena transición, en el primer tiempo el Madrid gobernó el partido con una suficiencia extraordinaria. En realidad se enfrentó a sí mismo. Y tuvo muchos registros: buena presión arriba, la pelota bien adiestrada, desmarques constantes y firmeza defensiva. Como resultado, el Madrid jugó 45 minutos a un palmo de Kameni, sin otra barrera que la del propio portero camerunés. No tuvo otro dictado el Espanyol, un equipo sin molde, que tiene el aire de los desnortados. Por algo lleva cinco meses sin marcar siquiera un gol fuera de casa. Obligado por las penurias, Mauricio Pochettino, su técnico argentino, que ya ha hecho debutar a siete canteranos durante este curso, intenta acunar a un grupo de noveles. Tiene tajo, mucho tajo por delante.

Con tan pocas costuras, el Espanyol, tan anémico en el primer tramo, se entregó desde el calentamiento. En un suspiro, ya le había condenado Sergio Ramos, excelente cabeceador de un estupendo centro de Granero. Nadie en una plantilla tan exquisita enrosca la pelota como él. El balón despega de su empeine interior con vuelo quebradizo para los zagueros y gozoso para quienes buscan el gol, a los que les basta el flequillo. El gol despejó el camino al Madrid, que generó media docena de ocasiones con un juego solvente. Sólo mediado el segundo acto se le agrietaron las líneas. Desconectado Benzema toda la jornada, el medio campo se fatigó y el Espanyol amagó un par de veces ante Casillas. Reaccionó Pellegrini, y con Lass por Guti el equipo se forró de otra forma, más dispuesto para el combate. Con Xabi Alonso, Guti y Granero, el partido estaba de cara. Ahora se trataba de guardar la ventaja. En el fútbol hay muchas vías. Incluso para el Espanyol, aunque no tenga el mismo talento y la misma versatilidad. Su segundo tiempo fue meritorio. Fue más agresivo, tuvo más cuajo y logró dar un descanso a Kameni; pero no tiene futbolistas que desequilibren.

El Madrid se volvió intermitente, perdió el hilo y el encanto del primer tiempo. Ya era un equipo previsible, con la quietud de otras semanas. El partido se espesó de mala manera, entre la falta de brío local y la escasa pujanza visitante. La faena ya se había aliñado con los tantos de Ramos y Kaká, autor también de la mejor oportunidad tras el descanso, un remate raso al poste derecho de Kameni. Iván Alonso, poco antes, pudo devolver al Espanyol al partido, pero se ofuscó ante el meta madridista. Demasiada factura para un equipo que vive en el alambre. El primer Madrid se bastó; el segundo estuvo de más, salvo el tanto del resucitado Higuaín. Más argumentos para el futuro Madrid.

Higuaín marca el tercer gol del Madrid, con Kameini tendido en el céspedEFE

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