36.000 espectadores en un entrenamiento de F-1

Suspense ante el nuevo Red Bull

El Ferrari parece rápido; el McLaren, según dice Lewis Hamilton, es fácil de conducir, y Mercedes está a la espera de que Michael Schumacher recupere el instinto asesino. Tras la primera tanda de entrenamientos, en la que tres de los cuatro grandes han comenzado a enseñar sus armas, sólo falta que Adrian Newey, el genio de la ingeniería que en 2009 causó sensación con el diseño del Red Bull, presente su última joya. Será el próximo miércoles en el circuito de Jerez cuando el RB6 vea la luz.

El año pasado, al igual que pasó con el Brawn GP, el monoplaza que pilotaron Sebastian Vettel y M...

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El Ferrari parece rápido; el McLaren, según dice Lewis Hamilton, es fácil de conducir, y Mercedes está a la espera de que Michael Schumacher recupere el instinto asesino. Tras la primera tanda de entrenamientos, en la que tres de los cuatro grandes han comenzado a enseñar sus armas, sólo falta que Adrian Newey, el genio de la ingeniería que en 2009 causó sensación con el diseño del Red Bull, presente su última joya. Será el próximo miércoles en el circuito de Jerez cuando el RB6 vea la luz.

El año pasado, al igual que pasó con el Brawn GP, el monoplaza que pilotaron Sebastian Vettel y Mark Webber pilló a trasmano a los ingenieros de la mayoría de los equipos. Newey consiguió sacar partido al motor Renault, el que mejor se manejabaen términos de consumo, y se inventó un diseño aerodinámicamente revolucionario. A pesar de no emplear el controvertido doble difusor, el RB5 fue como una flecha y su morro, con dos nervios en los márgenes, ha sido copiado por Ferrari y Mercedes. La genialidad de Newey, además, fue aún más evidente durante la segunda parte del curso, pues su coche fue el que mejor digirió las mejoras que se le fueron aplicando.

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Ahora falta saber si el desgaste que tuvo que hacer el equipo, que peleó por el título de pilotos (con Vettel) hasta casi el final, no le juega una mala pasada como les ocurrió a Ferrari y McLaren. Por eso precisamente Newey ha decidido esperar a tener el coche terminado antes de hacerlo saltar a la pista.

Con el recorte de entrenamientos, cada equipo tiene un límite de 15.000 kilómetros. "La semana que viene ya podremos ver el nuevo Red Bull. Adrian siempre es muy celoso con lo que hace, pero no estoy preocupado". Palabras de Ross Brawn. De él y de su coche decían lo mismo la mayoría de jefes de equipo la temporada anterior a estas alturas.

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