Zigmat o el corazoncito de las máquinas

Una puertorriqueña y un alemán coinciden en una fiesta en Brooklyn. ¿Qué sucede? Parece el arranque de un chiste malo, pero la cosa va en serio: Mónica Rodríguez y Stephen Yonkin, los protagonistas de esta historia, no pararon aquella noche de compartir risas, confidencias y algún whisky hasta alumbrar Zigmat, una de esas formaciones que no deja de hacer ruido por los clubes neoyorquinos. Pop bailable y plagado de chiribitas electrónicas para poner banda sonora a esos días en que el cuerpo precisa una inyección de optimismo. "Somos dos personas felices o, cuando menos, esperanzadas", corrobora...

Una puertorriqueña y un alemán coinciden en una fiesta en Brooklyn. ¿Qué sucede? Parece el arranque de un chiste malo, pero la cosa va en serio: Mónica Rodríguez y Stephen Yonkin, los protagonistas de esta historia, no pararon aquella noche de compartir risas, confidencias y algún whisky hasta alumbrar Zigmat, una de esas formaciones que no deja de hacer ruido por los clubes neoyorquinos. Pop bailable y plagado de chiribitas electrónicas para poner banda sonora a esos días en que el cuerpo precisa una inyección de optimismo. "Somos dos personas felices o, cuando menos, esperanzadas", corrobora Rodríguez en su rico español caribeño. "La vida ya nos depara bastantes malos tragos como para que nosotros nos pongamos a escribir cosas muy pesadas...".

Tienen 27 años, se formaron en la escuela de Berklee, acaban de publicar en Europa su primer álbum (Sounds of machines) y anoche fueron la sensación en la fiesta que la agencia de producción musical Actúa organizaba en el Círculo de Bellas Artes con motivo de su décimo aniversario. "Zigmat constituye una excusa fenomenal para correr y dar saltos", anota con sorna Yonkin, músico barbilampiño ("me llaman Babyface") originario de Weisbaden. Mónica, la cantante de abrumadora melena ensortijada, llega más lejos: "No quisiera sonar demasiado hippy, pero sólo a través de la música y el arte le encuentro significado a la vida. Somos una diminuta fracción de tiempo y nosotros dos hemos decidido aprovecharlo componiendo".

La creación, la felicidad, la fugacidad. Una concepción muy humanista, pero... ¿qué pintan las máquinas en toda esta historia? "Ellas también tienen su corazoncito", argumenta Rodríguez, cuyas programaciones le han valido que la comparen con Goldfrapp, Brazilian Girls o Massive Attack. "He leído mucho sobre neurociencia y las personas nos parecemos a las computadoras más de lo que imaginamos. Las dos aprendemos de la experiencia y nuestra configuración genética no deja de ser una forma de programación".

Músicos como Dover, Marlango y La China Patino, el actor Willy Toledo o el baloncestista Jorge Garbajosa se dejaron ver por el sarao. Antes de Zigmat, el quinteto finés Husky Rescue se encargó de recordar que la cantera escandinava sigue sin agotarse. Aunque los Cardigans, por ahora, son mejores que ellos.

Mira en YouTube.com el vídeo de una actuación de Zigmat