Maria Lluïssa Borràs, crítica de arte combativa
CATALINA SERRA
Sus ojos azules centelleaban cuando explicaba con pasión la obra de alguno de los muchos artistas que defendió a lo largo de su dilatada carrera. Sobre todo cuando entraba a defender la pintura de Picabia, artista al que reivindicó en épocas en las que éste era considerado una figura casi anecdótica en la historia del dadaísmo.