Columna

¡Atención, que viene la televisión!

¡Cuidado que Informe Semanal prepara un reportaje sobre El Cabanyal! Rápido, a sus puestos: vamos a hacer el nuestro. Esta prestancia en la respuesta mediática del PP valenciano ha regalado al mundo un ejercicio comparativo perfecto. Siéntense y disfruten. El espectáculo es para todos los públicos.

Canal 9 emitió el sábado 16, justo antes del veterano programa de TVE, su reportaje sobre el barrio valenciano que debe partirse en dos para que la avenida Blasco Ibáñez llegue al mar, según el plan municipal de la alcaldesa de Valencia. Se ofrecieron una veintena de cortes de voz, de ...

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¡Cuidado que Informe Semanal prepara un reportaje sobre El Cabanyal! Rápido, a sus puestos: vamos a hacer el nuestro. Esta prestancia en la respuesta mediática del PP valenciano ha regalado al mundo un ejercicio comparativo perfecto. Siéntense y disfruten. El espectáculo es para todos los públicos.

Canal 9 emitió el sábado 16, justo antes del veterano programa de TVE, su reportaje sobre el barrio valenciano que debe partirse en dos para que la avenida Blasco Ibáñez llegue al mar, según el plan municipal de la alcaldesa de Valencia. Se ofrecieron una veintena de cortes de voz, de los que sólo dos o tres correspondían a vecinos contrarios al proyecto. Sólo se entrevistó a propósito a un responsable político, el primer teniente alcalde de Valencia. Nadie del Ministerio de Cultura, que ha ordenado paralizar el plan por detectar expolio, ni de la oposición municipal apareció en la pantalla, mientras desfilaban los vecinos favorables a que las máquinas derrumben las casitas y destruya la trama urbana declarada Bien de Interés Cultural (BIC).

Informe semanal se ciñó a la trágica actualidad haitiana y dejó para el pasado sábado 23 su reportaje sobre El Cabanyal. Hubo 14 cortes de voz de entrevistas realizadas ex profeso a siete responsables políticos y arquitectos favorables al plan y otras tantas a cargos, arquitectos y representantes vecinales contrarios. En medio, declaraciones de vecinos de apoyo y rechazo e imágenes sobre los distintos protagonistas y sobre la lamentable degeneración y el atractivo del barrio.

Dos reportajes y dos claros ejemplos de televisiones públicas. No hace falta definirlas. Hace falta cambiar, limpiar y acabar con un modelo de televisión que es un pozo sin fondo, con más de 1.100 millones de euros de déficit, que tiene una audiencia cada vez más residual, que incumple su deber de promover la lengua autóctona y que sólo sirve a los intereses del PP.

Se imaginan ustedes, por ejemplo, que Canal 9 entrevistara por la mañana al ex presidente socialista de la Generalitat Joan Lerma y dedicara varios minutos de su informativo del mediodía a resumir sus declaraciones. Es inimaginable. TVE lo hizo la pasada semana con José María Aznar. Recuerdo la callada perplejidad de un moderado diputado del PP (no valenciano) cuando se enteró de que Canal 9 aún no había informado de la imputación del presidente de la Generalitat, Francisco Camps. El caso Gürtel llevaba días copando las primeras páginas de todos los medios de comunicación, así como el debate en el Congreso.

Lo peor es resignarse y aceptar como normal lo que es inaceptable. Otra televisión pública es posible. Y es imprescindible para regenerar la vida democrática de los valencianos. Puede que no sea la panacea, que peque a veces de la frialdad de las cuotas partidarias, pero la actual TVE, líder de audiencia, atiende al menos a un criterio periodístico profesional en busca de la pluralidad. Si alguien alberga alguna duda, que compare los dos recientes reportajes sobre El Cabanyal.

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Ferran Bono, es diputado en el Congreso por el PSPV y ponente de la Ley General de Comunicación Audiovisual y de la Ley de Financiación de RTVE.

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