Estreno con 'glamour'
El teatro Coliseum a rebosar de gente y de glamour; Pep Guardiola celebró allí su renovación de contrato y la baronesa Thyssen voló expresamente desde Suiza para ver el estreno en Barcelona de la primera coreografía del magnífico bailarín que es Ángel Corella. Con ella comenzó el espectáculo. String sextet, que se estrenó en el pasado Festival de Peralada, es una fluida pieza nacida de la fascinación del bailarín por Souvenir de Florencia, de Chaikovski. En la coreografía, interpretada por 10 parejas y de corte neoclásico, el trabajo coral y los pasos a dos se suceden con ...
El teatro Coliseum a rebosar de gente y de glamour; Pep Guardiola celebró allí su renovación de contrato y la baronesa Thyssen voló expresamente desde Suiza para ver el estreno en Barcelona de la primera coreografía del magnífico bailarín que es Ángel Corella. Con ella comenzó el espectáculo. String sextet, que se estrenó en el pasado Festival de Peralada, es una fluida pieza nacida de la fascinación del bailarín por Souvenir de Florencia, de Chaikovski. En la coreografía, interpretada por 10 parejas y de corte neoclásico, el trabajo coral y los pasos a dos se suceden con gran velocidad y dinamismo, lo que permite ver la magnífica preparación de los bailarines de esta compañía. Destacan Kazuko Omoro y Joseph Gatti, este último magnífico en cada una de sus intervenciones. La pieza fue muy aplaudida a pesar de que no bailó Corella, dato importante ya que significa que sus bailarines están alcanzando un brillo propio.
CORELLA BALLET CASTILLA Y LEÓN.
String Sextet (coreografía de Ángel Corella y música de Chaikovski), Apolo (Balanchine y Stranvinski), Sattanela (Marius Petipa y Cesare Pugni), VIII (Christopher Wheeldon y Benjamin Britten) y Fancy Free (Jêrome Robbins y Leonard Berstein). Teatro Coliseum. Barcelona, 20 de enero
A continuación dos pasos a dos fuera de programa. Sattanela, de Petitpa, con música de Cesare Pugni, fue magníficamente bailado por Adiarys Almeida y Ángel Corella, quienes llevaron al público al delirio por la precisión matemática con la que interpretaron sus endiabladas frases coreográficas. Tras la intensa VIII, llegó la apoteosis con la divertida y vital Nancy Free, coreografía de Jêrome Robbins con música de Bernstein que dio pie al musical Un domingo en Nueva York. Deslumbró la técnica de los intérpretes.