Brasas
No resulta habitual -aunque sí estimulante- encontrar en nuestra ciudad restaurantes que tengan las brasas como prioridad para hacer sus preparados, excluyendo por supuesto aquellos tradicionales que dedican su ocupación casi en exclusiva a las carnes.
En el local del que tratamos la hermosa incandescencia a la vista del público sirve para asar unos caracoles a la llauna, tal como acostumbran a hacerlos en Cataluña, con un punto de picante, para después poderlos degustar acompañados de suaves salsas de all i oli o verde, aunque a nuestro parecer deberían las mismas complet...
No resulta habitual -aunque sí estimulante- encontrar en nuestra ciudad restaurantes que tengan las brasas como prioridad para hacer sus preparados, excluyendo por supuesto aquellos tradicionales que dedican su ocupación casi en exclusiva a las carnes.
En el local del que tratamos la hermosa incandescencia a la vista del público sirve para asar unos caracoles a la llauna, tal como acostumbran a hacerlos en Cataluña, con un punto de picante, para después poderlos degustar acompañados de suaves salsas de all i oli o verde, aunque a nuestro parecer deberían las mismas completarse con otras tradicionales para ese menester, y que se aconsejan para acompañar las insípidas pero jugosas y elásticas carnes de ese animal.
LA TAULA DE PAULA
Pintor Vilaprades, 6. Valencia
Teléfono: 96 384 89 48
Resalta el suave aroma del humo cuando perfuma las verduras que se asan mediante el método de escalibar las brasas -de donde toma nombre el plato, ahora habitualmente pervertido por los hornos de su concepción original- y que se perfecciona cuando las aliñamos con el necesario aceite de oliva, lo cual da como resultado un sabroso entrante, o el que acompaña al pulpo o al humilde capellanet, dignos antecedentes para un posterior conejo asado con la misma técnica, o unas codornices, o algunas butifarras -blancas o de arroz- que nos permitirán continuar el ágape.
También las brasas asan los lomos de bacalao, los calçots que se comen con la salsa Romescu y los entrecottes o las chuletas de cabrito, productos todos ellos que la tradición y el gusto había condenado a los fuegos de este tipo, y que se acompañan para nuestra satisfacción con algunas patatas con el justo punto de consistencia.