Análisis:ANÁLISIS | ACB

De Fernando Martín a Ricky Rubio

El pasado jueves se cumplieron veinte años de la muerte de Fernando Martín en un accidente de tráfico cuando, lesionado, se dirigía a presenciar el partido que debía enfrentar al Real Madrid y al Zaragoza. Dos décadas después de aquel fatídico y gris primer domingo de diciembre en que falleció el primer jugador español con la calidad suficiente y el coraje y la ambición imprescindibles para competir en la NBA, la Liga ACB, como no podía ser de otra manera, ha cambiado muchísimo; en casi todo, para mejor. Cinco españoles destacan ahora en la NBA, donde uno de ellos presume de anillo, la selecci...

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El pasado jueves se cumplieron veinte años de la muerte de Fernando Martín en un accidente de tráfico cuando, lesionado, se dirigía a presenciar el partido que debía enfrentar al Real Madrid y al Zaragoza. Dos décadas después de aquel fatídico y gris primer domingo de diciembre en que falleció el primer jugador español con la calidad suficiente y el coraje y la ambición imprescindibles para competir en la NBA, la Liga ACB, como no podía ser de otra manera, ha cambiado muchísimo; en casi todo, para mejor. Cinco españoles destacan ahora en la NBA, donde uno de ellos presume de anillo, la selección es campeona del mundo y de Europa, el nivel de los jugadores y su profesionalidad es cada vez mayor y la asistencia a los pabellones ha aumentado de manera exponencial. Y sin embargo...

Quienes disfrutaron de aquel baloncesto echan de menos algunas cosas. La identificación del público con los jugadores era mayor entonces, cuando cada club contaba sólo con dos extranjeros. El juego era mucho más abierto y alegre. Un dato: aquel domingo invernal de hace 20 años, la ACB llegaba a su jornada número 13 en una competición con una primera fase y 24 equipos divididos en dos grupos. Aquel día, siete equipos alcanzaron anotaciones superiores a los 90 puntos, incluido el Madrid-Zaragoza que, sorprendentemente, fue el único partido que se suspendió para ser disputado unas semanas más tarde. Después de 13 jornadas, el Taugrés de Vitoria promediaba justamente esa cifra, un punto más que el Barça y un punto y medio más que el Madrid.

En la jornada de ayer, en cambio, hasta seis de los 18 equipos en liza se quedaron por debajo de los 70 puntos y sólo dos pasaron de los 90: el DKV Joventut, con una exhibición ofensiva tan rara que supone su segunda mayor paliza a domicilio (61-103 en Fuenlabrada) y el Unicaja que, necesitado de una autoafirmación tras su desastroso inicio de campaña, se merendó al Alicante (92-73). Y ahora, tras las once primeras jornadas, el Barça promedia 78,5 puntos, la friolera de 11 menos que el de los Solozábal, Epi, Jiménez, Ferran, Wood, Costa y compañía, mientras que el Real Madrid de Ettore Messina, tras ganar al Valencia con autoridad (77-66), promedia 80 puntos, siete menos que aquél del propio Fernando Martín, Romay, Corbalán, Iturriaga... Eran otros tiempos, pero el juego parece haber evolucionado sólo en un sentido, el de la defensa, probablemente porque es en el que los entrenadores más se empeñan en obtener réditos. En aquella jornada que coincidió con la muerte del 10 del Estudiantes, del Madrid y de Portland, no hubo partido en el que no hubiera dos o tres jugadores que superaran los 20 puntos: 26 Arlauckas con el Caja Ronda; 23 Herreros y Pinone con el Estudiantes; 25 Villacampa y 24 Montero con el Joventut; 29 McPherson con el Tau, los mismos que Berwald con el Villalba... En cambio, ayer, sólo cuatro jugadores alcanzaron la veintena: Freeland, 23 con el Unicaja, Gladyr, 22 con el Manresa, Carroll, 21 con Gran Canaria, y Bueno, 20 con el Joventut.

Cuando falleció Fernando Martín no había nacido todavía Ricky Rubio, el jugador que mejor representa el presente y el futuro del baloncesto español. El base del Barcelona se lesionó en Granada, aunque el golpe que sufrió en la cadera no parece revestir mayor importancia. Su equipo sudó tinta para imponerse por 62-72, un marcador engañoso. Manejó el juego y el partido a su antojo, con Morris y Fran Vázquez muy intimidadores, pero se despitó ante la zona defensiva en la que se instaló el Granada y, a falta de un minuto y cinco segundos, se produjo un empate a 62. A partir de ese momento, el equipo andaluz naufragó en todos sus ataques y permitió que el Barça decidiera desde la línea de tiros libres. Tampoco habían nacido en 1989 ni Rafa Freire, el base brasileño nacionalizado español de 17 años y que, de la mano de Aíto García Reneses, debutó con el Unicaja con cinco puntos, tres rebotes y dos asistencias en 17 minutos; ni Josep Franch, otro base de 18 años de la cantera badalonesa que brilló en Fuenlabrada y honró el nombre del pabellón, Fernando Martín, de un equipo local que, tras su fugaz liderato en el primer mes, sumó su séptima derrota consecutiva y cierra el pelotón de nueve equipos empatados con cuatro victorias.

Mario Fernández ante Colom en el Fuenlabrada-DKV.EFE

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