Los trabajos para desdoblar la variante sur de Lleida empiezan con un año de retraso

La Generalitat ha iniciado, un año después de su adjudicación, las obras de prolongación y desdoblamiento de la variante sur de Lleida hacia el noreste. Los trabajos tendrán una duración de 33 meses y un presupuesto de 38,5 millones de euros, cinco millones más de lo previsto.

La actuación consistirá en la ampliación de la calzada actual, de dos a cuatro carriles, y en su prolongación en casi cuatro kilómetros hasta conectar con la carretera LL-11, lo que comportará que se tengan que adaptar los enlaces existentes con la LL-12 (autovía de entrada a Lleida desde la AP-2), con la C-230a e...

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La Generalitat ha iniciado, un año después de su adjudicación, las obras de prolongación y desdoblamiento de la variante sur de Lleida hacia el noreste. Los trabajos tendrán una duración de 33 meses y un presupuesto de 38,5 millones de euros, cinco millones más de lo previsto.

La actuación consistirá en la ampliación de la calzada actual, de dos a cuatro carriles, y en su prolongación en casi cuatro kilómetros hasta conectar con la carretera LL-11, lo que comportará que se tengan que adaptar los enlaces existentes con la LL-12 (autovía de entrada a Lleida desde la AP-2), con la C-230a en Albatàrrec, con la L-702 en La Bordeta y con la C-13 hacia Balaguer. La prolongación de la vía se iniciará con un enlace con la C-13 y posteriormente está previsto un enlace con la N-240 a través de una rotonda por debajo de la autovía. El objetivo de la variante es eliminar del casco urbano de Lleida el tráfico de vehículos que no tiene como destino la ciudad, pero eso no se conseguirá hasta que pueda completarse el anillo de circunvalación con la prolongación de la vía por el oeste entre Lleida y Alcarràs. Este tramo, en fase de alegaciones, está bloqueado porque afecta a una parte importante de la huerta.

La plataforma vecinal formada por los agricultores de cinco sectores de la huerta rechaza el trazado propuesto por las Generalitat por considerar que la nueva carretera destruirá una zona agrícola y natural. El Ayuntamiento defiende la alternativa que discurre más próxima a la ciudad, mientras que los alcaldes de Albatàrrec, Montoliu, Sunyer, Sudanell, Alfés y Torres de Segre quieren que pase cerca de sus poblaciones.

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