Reportaje:

Piloto para todo

Espargaró termina en MotoGP una temporada en la que se ha subido a cinco tipos de moto

La polivalencia es una cualidad que cada vez se valora más en según qué ámbitos, y el caso de Aleix Espargaró pone en relieve que el motociclismo es indefectiblemente uno de ellos. La temporada de este motociclista catalán, el campeón de España más joven de la historia, ha sido una especie de montaña rusa. En menos de nueve meses ha pasado de no tener moto a debutar en MotoGP y, en sólo tres carreras (Indianápolis, San Marino y Malaisia), asegurarse una plaza en la parrilla del próximo año. Por el camino ha hecho una prueba con un equipo del Mundial de Superbikes a los mandos de una Honda de 1...

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La polivalencia es una cualidad que cada vez se valora más en según qué ámbitos, y el caso de Aleix Espargaró pone en relieve que el motociclismo es indefectiblemente uno de ellos. La temporada de este motociclista catalán, el campeón de España más joven de la historia, ha sido una especie de montaña rusa. En menos de nueve meses ha pasado de no tener moto a debutar en MotoGP y, en sólo tres carreras (Indianápolis, San Marino y Malaisia), asegurarse una plaza en la parrilla del próximo año. Por el camino ha hecho una prueba con un equipo del Mundial de Superbikes a los mandos de una Honda de 1000cc, otra con una escudería que disputa el Campeonato de España de Supersport con una Yamaha de 600cc, ha llevado el desarrollo de una de las máquinas que participarán en el Mundial de Moto2 de 2010, y ha disputado los grandes premios de Holanda y Alemania subido a una Aprilia de dos y medio del equipo Aspar en sustitución de Balázs Németh. En total, Aleix ha salido a la pista con cinco modelos completamente distintos, algo que podría acabar volviendo tarumba a cualquiera. No es el caso de este veinteañero de Granollers (Barcelona), que se ha adaptado de maravilla a todos los aparatos que ha probado y, gracias a su clarividencia a la hora de transmitir sus sensaciones a los técnicos, se ha subido al elitista club de MotoGP.

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"Estaba en casa, sin poder correr, y por eso me he aferrado a cada manillar que me ha ido pasando por delante", reconoce el español. Colocadas una al lado de la otra, la Ducati Desmosedici de 800cc de MotoGP y la Aprilia de 250cc no tienen nada que ver. La dos y medio tiene un paso por curva rapidísimo, mientras que con la Ducati uno tiene que llegar a la curva, frenar, inclinarse y levantar la moto antes de volver a abrir el acelerador. "El secreto está en mantener la cabeza fría y olvidar cómo trabaja cada moto cuando te bajas de ella. No puedes llevarte vicios de una a otra porque acabarías loco. Tienes que hacer un reset en tu cabeza", explica. "Sus directrices son muy precisas, sabe qué cambios debe hacer para rodar rápido pero también sabe adaptar su estilo de pilotaje a las exigencias de la mecánica", le piropea Marco Rigamonti, su jefe de mecánicos.

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