Análisis:EL ACENTO

Precoces lumbreras

Es el segundo hijo de Nicolas Sarkozy un genio precoz de la cosa pública? Muchos creen que no, a juzgar por el revuelo organizado en el país vecino al conocerse que Jean, 23 años, estudiante de tercero de derecho, aspira fundadamente a presidir el importante organismo público que administra La Défense, el barrio parisiense de los negocios.

La Défense congrega la crema de las grandes empresas, aspira -en vano- a hacer sombra a Londres como centro financiero y para sus rascacielos tan poco parisienses se planea un plan de renovación de mil millones de euros.

Las acusaciones de nepo...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Es el segundo hijo de Nicolas Sarkozy un genio precoz de la cosa pública? Muchos creen que no, a juzgar por el revuelo organizado en el país vecino al conocerse que Jean, 23 años, estudiante de tercero de derecho, aspira fundadamente a presidir el importante organismo público que administra La Défense, el barrio parisiense de los negocios.

La Défense congrega la crema de las grandes empresas, aspira -en vano- a hacer sombra a Londres como centro financiero y para sus rascacielos tan poco parisienses se planea un plan de renovación de mil millones de euros.

Las acusaciones de nepotismo contra el presidente francés, básicamente desde la izquierda, se multiplican. Incluso en Internet se amontonan los detractores de la meteórica carrera del ambicioso muchacho, que no se amilana por las críticas.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Para quienes no ven claro el talento renacentista de Jean Sarkozy no es suficiente el argumento de que papá hubiera ocupado el mismo cargo en La Défense al que ahora aspira el segundo fruto de su primer matrimonio. Ni siquiera que el jefe del Estado también haya sido alcalde de Neuilly, el rico suburbio parisiense del que el alto y rubio Jean, diputado provincial de Hauts-de-Seine, es concejal desde los 21 añitos.

Hay, pese a todo, mucha hipocresía en este rasgarse las vestiduras. La tradición francesa, de izquierda y derecha, abunda en hijos que han hecho carrera política y/o económica, con frecuencia completamente inmerecida, a la sombra de papá presidente de la República. El vástago mayor de Giscard d'Estaign fue el más joven parlamentario regional de Francia. El de Mitterrand, Jean Christophe, consejero para asuntos africanos, triunfó hasta que se cruzó con un escándalo de tráfico de armas. Claude, hija de Jacques Chirac, ha sido durante 12 años probablemente la figura más poderosa del Elíseo, como asesora presidencial. Hay muchos más.

Es cierto que quizá el caso de Sarkozy hijo sea el más fulgurante. Pero se lo explica muy bien a los envidiosos Thierry Solere, vicepresidente de Hauts-de-Seine: "Jean es hijo de un genio político, así que no es sorprendente que sea precoz".

Archivado En