El fiscal pide que se repita el juicio que absolvió al autor de 57 puñaladas

El jurado popular declaró inocente a un hombre que mató a dos gays en Vigo

La madrugada del 13 de julio de 2006, un joven de Cangas, Jacobo Piñeiro Rial, de 28 años, mató con un cuchillo a Isaac Pérez Triviño, de 27 años, y a Julio Anderson Luciano, de 32, en el piso de las víctimas, en la calle Oporto de Vigo. Los dos fueron apuñalados 57 veces en total, en dos tandas, y en la segunda después de haber sido atados. A pesar de ello, el jurado popular absolvió en febrero al acusado por entender que actuó en legítima defensa y bajo el miedo insuperable a ser violado o muerto. Ayer, en la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia quedaron vista...

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La madrugada del 13 de julio de 2006, un joven de Cangas, Jacobo Piñeiro Rial, de 28 años, mató con un cuchillo a Isaac Pérez Triviño, de 27 años, y a Julio Anderson Luciano, de 32, en el piso de las víctimas, en la calle Oporto de Vigo. Los dos fueron apuñalados 57 veces en total, en dos tandas, y en la segunda después de haber sido atados. A pesar de ello, el jurado popular absolvió en febrero al acusado por entender que actuó en legítima defensa y bajo el miedo insuperable a ser violado o muerto. Ayer, en la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia quedaron vistas para sentencia las apelaciones que las tres partes, defensa, ministerio público y acusación particular, presentaron contra la sentencia.

"Yo ya no sé si en el jurado hubo homofobia, racismo o ignorancia"
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"Yo ya no sé si la decisión del jurado fue por homofobia, por racismo o por ignorancia", señalaba en los pasillos del Palacio de Justicia la madre de Isaac, Marta Pérez Triviño, antes de entrar a la vista. La vía que la Ley de Enjuiciamiento Criminal abre para enmendar lo que el fiscal que actuó en el primer juicio calificó como "un fracaso del sistema" es que se haya quebrantado alguna norma o garantía procesal. El fiscal José Ramón Piñol solicitó la anulación del juicio de la Audiencia pontevedresa y su repetición, con otro jurado y con otro magistrado-presidente, basándose en quebrantamientos de forma y en vulneraciones de la tutela judicial efectiva, pero sobre todo en el desacuerdo sobre la valoración de la legítima defensa y miedo insuperable. "¿Hay legítima defensa contra dos moribundos desarmados? ¿Miedo insuperable es, en vez de huir, romper una puerta para recuperar unas gafas y un móvil, y rematar a una persona?", se preguntó Piñol.

La acusación particular coincidió con la pública, pero añadió que al haber un delito de hurto (Piñeiro se llevó objetos de las víctimas), el caso debería juzgarlo un tribunal profesional. El letrado Tomás Santodomingo, solicitó que el tribunal dicte una nueva sentencia condenando al acusado como autor de dos delitos de asesinato, por considerar demostrado el ánimo de matar que en su día el jurado no dio como probado.

La apelación de la defensa era para pedir una rebaja, de 20 años a 10, en la pena que le impuso la Audiencia a Piñeiro Rial por haber provocado un incendio para ocultar el crimen. La abogada María Jesús Rodríguez criticó que lo que pretendían las acusaciones era "enmendar en esta sala los errores pasados". De nuevo en los pasillos, Marta Pérez Triviño expresaba una mezcla de ánimo y desaliento: "La abogada es lista y recurrirá. Queda un camino largo, pero seguiré".

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