Cartas al director

El trato en las oficinas del Inem

Las oficinas del Inem están desbordadas, paradójicamente se inundan de trabajo en periodos de escasa actividad, pero nunca se faltó tanto a la puntual cita con el café.

Las rebosantes salas no dan abasto a las interminables aglomeraciones de desempleados; a la llegada, no antes de un saludo, recibes unos formularios para rellenar, todavía no has disfrutado la posibilidad de explicarte y ya tendrás que estar muy atento si no quieres realizar un trámite no deseado.

La desinformación es una constante, es inversamente proporcional a las ganas que posee el personal de facilitártela ¿S...

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Las oficinas del Inem están desbordadas, paradójicamente se inundan de trabajo en periodos de escasa actividad, pero nunca se faltó tanto a la puntual cita con el café.

Las rebosantes salas no dan abasto a las interminables aglomeraciones de desempleados; a la llegada, no antes de un saludo, recibes unos formularios para rellenar, todavía no has disfrutado la posibilidad de explicarte y ya tendrás que estar muy atento si no quieres realizar un trámite no deseado.

La desinformación es una constante, es inversamente proporcional a las ganas que posee el personal de facilitártela ¿Será la falta de cafeína o las horas extras? No lo sé, no obstante no deberían olvidar que al fin y al cabo es mejor estar de ese lado del mostrador que del otro.

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