"Es el que más nos discute el balón"

Para Pep Guardiola no hay un Barça A y un Barça B. Siempre ha dado la misma importancia, el mismo peso, a todos sus jugadores. De ahí, que ayer intentara maquillar la falta de ritmo y la lentitud de juego de su equipo con el parón por los partidos de las selecciones y no con la presencia de Jeffren y Pedrito en el once inicial. De ahí, que dijera que los tres cambios de la segunda parte ya estaban pensados y que no fueron fruto de una decisión sobre la marcha. "Después de los compromisos de las selecciones, siempre nos cuesta mucho arrancar en las primeras partes", comentó. El caso es que con ...

Para Pep Guardiola no hay un Barça A y un Barça B. Siempre ha dado la misma importancia, el mismo peso, a todos sus jugadores. De ahí, que ayer intentara maquillar la falta de ritmo y la lentitud de juego de su equipo con el parón por los partidos de las selecciones y no con la presencia de Jeffren y Pedrito en el once inicial. De ahí, que dijera que los tres cambios de la segunda parte ya estaban pensados y que no fueron fruto de una decisión sobre la marcha. "Después de los compromisos de las selecciones, siempre nos cuesta mucho arrancar en las primeras partes", comentó. El caso es que con la entrada de Messi, Alves e Iniesta —éste volvió tres meses y medio después de su lesión— el Barça empezó a parecerse al Barça e Ibrahimovic empezó a parecerse a Ibrahimovic.

"No podemos negar que Messi e Iniesta son jugadores muy buenos, de los que dan un poco más de marcha y desequilibrio. Consiguen irse siempre de los rivales y eso crea superioridad", concedió Guardiola, quien también negó que el equipo sufriera un cambio de mentalidad en la segunda parte. "Ha sido la misma durante todo el partido. Lo que pasa es que en la primera hemos sufrido un desajuste. Desde que estoy sentado en el banquillo del Barça, el Getafe de Míchel es el que más nos ha discutido la pelota", analizó al tiempo que se esmeraba en los elogios hacia el medio campo azulón: "Es que tienen a Celestini, Parejo, Casquero, gente que juega muy bien al fútbol, que se pasan la pelota y no la pierden. Cuando ocurre eso, nosotros tenemos dificultades".

Lo sabía Míchel desde el principio. De ahí, que durante toda la semana hiciera hincapié ante los suyos en frenar la salida de balón de los azulgrana. "Hemos intentado hacerle el partido muy incomodo a Xavi, a la salida de Piqué y a la posesión de Touré…", explicó el ex jugador del Real Madrid y ex técnico del Castilla. Pero su discurso sobre el fútbol romántico, sobre las clases de humildad, sobre el jugarle de tú a tú a todos los adversarios, chocó contra un tren. "Pero, claro, Xavi es Xavi. Se siente incómodo y, aun así, te saca cuatro pases. Lo mismo sucede con Ibrahimovic. Te descuidas un momento y te mete la puntilla", dijo.

Míchel sostiene que nunca traicionará sus principios, ésos de no apartarse nunca del camino se tenga enfrente al rival que se tenga. "Hemos jugado con mucha intención, intensidad… Hemos discutido el balón al Barça, pero ellos tienen un potencial que es muy difícil aguantar físicamente. En el descanso les he pedido a mis jugadores más impulso y más ambición, pero, claro, la segunda parte es la historia de siempre contra un equipo como el azulgrana. No puedes discutirle más allá de lo que le hemos discutido. Aunque estés al máximo de concentración y de nivel físico, hay una diferencia abismal", añadió.

Esa diferencia es lo que le hace no invencible, pero sí superior, junto al Madrid, respecto al resto de los equipos. "Tienen alternativas para todo", aseguró Míchel.

Entre ellas, la de Chigrinski, el defensa central perseguido por Guardiola durante todo el verano. "No ha estado mal. Se ha entrenado sólo un día con el equipo y ha estado perfecto. Antes del partido, tenía la sensación de que habíamos hecho un gran fichaje. Después de haberle visto, estoy aún más convencido", dijo el técnico barcelonista.

Mientras tanto, en el palco, Vicente del Bosque, el seleccionador español, disfrutaba del regreso de Iniesta; Unai Emery, el técnico del Valencia, tomaba notas, y Bernd Schuster, con nueva melena, reaparecía en público tras su pesadilla en el Madrid.