EL RINCÓN

Entre ríos y cepas en tierras de Ourense

La casa orensana de Gomariz (Leiro) de José Luis Cuerda es una especie de oasis, un mar de calma chicha encendido por las cepas del vino ribeiro que el director manchego, de 62 años, viene produciendo desde hace cuatro años. Fue en 2001 cuando Cuerda se aferró a Galicia y desde entonces ejerce de "orensano adjunto". No ha querido la costa: "Ni hablar, eso del mar es para los que creen en Dios y yo no quiero dar ese salto; a mí me gustan los ríos, ese paisaje en donde están las putas, los asaltadores, lo pequeño y toda esa fauna", justifica su elección mientras pasea la vista por las seis hectá...

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La casa orensana de Gomariz (Leiro) de José Luis Cuerda es una especie de oasis, un mar de calma chicha encendido por las cepas del vino ribeiro que el director manchego, de 62 años, viene produciendo desde hace cuatro años. Fue en 2001 cuando Cuerda se aferró a Galicia y desde entonces ejerce de "orensano adjunto". No ha querido la costa: "Ni hablar, eso del mar es para los que creen en Dios y yo no quiero dar ese salto; a mí me gustan los ríos, ese paisaje en donde están las putas, los asaltadores, lo pequeño y toda esa fauna", justifica su elección mientras pasea la vista por las seis hectáreas de viñedo que le trabaja con esmero José Antonio Gomes, el mismo que en la huerta de su propiedad cultiva tomates, algunos de cuyos ejemplares llegan a pesar casi kilo y medio.

En cuanto llegó a Allariz para rodar La lengua de las mariposas, Cuerda se hizo orensano. Fue una conversión en toda regla. Buscaba un rincón en el mundo y encontró "la mejor casa en el mejor valle para blancos" de la comarca de O Ribeiro, así que no le quedó "más remedio" que llenar la finca de cepas. "Es que todo esto eran viñas desde el siglo XII", dice mientras muestra los papeles -manuscritos del siglo XV hasta el XX que documentan la historia del ribeiro, de O Carballiño e incluso de la ciudad de Ourense- que el anterior propietario le dejó metidos en una caja para no tener que dejarle mobiliario -"por si le sirve de algo", le dijo-. Ahora el realizador de Los girasoles ciegos, siempre preocupado por la situación del cine español -"ha pasado a manos de las televisiones"-, los cataloga con esmero junto a Nieves Amado. "Nos pasamos los dos un verano entero limpiándolos, estaban llenos de polvo y de excrementos de ratón", explica. Cuerda reconoce que no habla aún gallego -"ni siquiera en privado"-, mientras enseña en su estudio, en donde trabaja en un par de guiones, la carpeta en la que guarda la correspondencia que el penúltimo propietario de la finca, un catedrático de Literatura en Ribadavia, mantenía con Manuel Fraga en su etapa de ministro, "casi siempre para pedirle recomendaciones", y con el padre del portavoz de Justicia del PP, Federico Trillo, natural de Leiro, en la misma comarca de O Ribeiro. Pero el catedrático había arrancado las cepas milenarias y ahora es Cuerda quien ha vuelto a sus orígenes. La primera cosecha de su vino, de nombre Sanclodio, fue en 2005. Desde entonces produce al año una media de 35.000 botellas, cuyas ganancias le dan sólo "para amortizar lo que cuesta hacerlo".

José Luis Cuerda posa con un de los espléndidos tomates de su huerta, en su casa de Allariz (Ourense)DIEGO LEMOS

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