Reportaje:Fase clasificatoria para el Mundial de Suráfrica 2010

La identidad en medio del combate

En busca de un estilo para Argentina, Maradona recurre a lo visceral y confía en la madurez de Messi para derrotar a un Brasil que teme la agresividad del rival

Tratándose del rival por excelencia, Brasil, y de una clasificación en el alambre, Argentina ha optado por lo visceral. El seleccionador, Diego Maradona, habla de entrar "en combate". El delantero Tévez propone comerse a los brasileños "dentro de la cancha". Y Agüero remata: "Hay que ganar con huevos". Síntoma de que Argentina llega a la cita en estado de máxima necesidad, pero síntoma también "de confusión, de falta de identidad", según analiza Ángel Cappa, el técnico del Huracán. "Con la calidad que tienen estos jugadores, no deberían recurrir a la garra, pero ocurre", se lamenta el veterano...

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Tratándose del rival por excelencia, Brasil, y de una clasificación en el alambre, Argentina ha optado por lo visceral. El seleccionador, Diego Maradona, habla de entrar "en combate". El delantero Tévez propone comerse a los brasileños "dentro de la cancha". Y Agüero remata: "Hay que ganar con huevos". Síntoma de que Argentina llega a la cita en estado de máxima necesidad, pero síntoma también "de confusión, de falta de identidad", según analiza Ángel Cappa, el técnico del Huracán. "Con la calidad que tienen estos jugadores, no deberían recurrir a la garra, pero ocurre", se lamenta el veterano ex ayudante de Jorge Valdano.

El futbolista más identificable de todos los tiempos, Maradona, de 48 años, busca su identidad como entrenador. Argentina ha sido indescifrable en los 10 meses que lleva a sus órdenes. Unas veces se acunó en los brazos de Riquelme, el goleador de esta fase clasificatoria, con cuatro tantos, empatado con Agüero. Pero se enfadó Riquelme con El 10 y éste dijo que la esencia de la albiceleste la formaban "Mascherano y 10 más". Más tarde, fueron "Mascherano y Messi". Y, finalmente, "Mascherano, Messi y Jonás Gutiérrez

Cappa: "Diego está indeciso, buscando un equipo. No está claro lo que pretende"

[lesionado en esta ocasión]".

Ante Colombia, Maradona optó por tres delanteros, los tres pequeñitos (Messi, Tévez y Agüero). Claro que ahora prescindirá de uno de ellos, en concreto de su yerno, en beneficio de la mayor agresividad de Tévez, que se pasó la semana pintándose con pinturas de guerra. Entre tantos tumbos desde finales de octubre, Maradona ha sumado cuatro victorias, cuatro derrotas y dos empates. Nada excepcional.

Pero ¿cuál es la propuesta de Maradona? "Está buscando un equipo. No está claro lo que pretende. Está indeciso. Acaba de empezar, es joven. El estilo de Maradona es lo que hacía como jugador, no se va a apartar de él. Pero lo complica el tener que competir. Eso puede llevarle a elegir al jugador que corre en vez de al que juega", expone Cappa.

El que más corre es Mascherano, el mediocentro defensivo del Liverpool, convertido en indiscutible por el vacío de un 5 de jerarquía desde la retirada de Redondo. Gago se ha atrancado en el Madrid y Banega apenas balbucea en el Valencia. Por delante de Mascherano jugará Verón, de 34 años, que lleva la manija después de resucitar en el Estudiantes de La Plata, campeón de la última Copa Libertadores tras vencer al Cruzeiro, brasileño.

Camino del Mundial de Suráfrica, Messi sólo ha marcado dos goles, cinco menos que el goleador de Brasil, Luis Fabiano, y seis menos que el líder de esta clasificación, el boliviano Botero. "No ha encontrado su hueco", apunta Cappa. "En el Barça tiene un funcionamiento definido hace muchos años; en la selección, no", añade. Pero esta noche debe resultar determinante. Se lo ha pedido Maradona. "Messi se tiene que hacer hombre de golpe. No puede ser más el pibito, la promesa", le advierte Diego. Y el delantero del Barça se lo ha tomado tan en serio que ha aparcado sus compromisos comerciales y, en un partidillo de entrenamiento, marcó cinco de los siete goles de Argentina. La Pulga juega en casa, tiene ya 22 años y hace cuatro que debutó en la selección frente a Hungría. Tanto él como Tévez ya saben cómo actuar. "Hay que tener mucha movilidad arriba. Los defensores de ellos son grandotes", sugiere Tévez. En la recámara espera Palermo, la última sorpresa en la lista de Maradona. El Loco vuelve a la selección a los 35 años, 10 después de su última aparición, en la Copa América de 1999, cuando falló tres penaltis ante Colombia. Su presencia, según Cappa, se explica por si el equipo necesita con urgencia un cabeceador para el último tramo. Higuaín sigue sin ser convocado por Dios.

Palermo se quedó de piedra cuando recibió la llamada telefónica de Maradona. Al delantero Salvio, de 19 años, todavía le dura la impresión: "Cada vez que le tenía al lado, en la concentración o cuando vino a la habitación a hablarme, me seguía impactando". ¿Cómo influye en un vestuario tener como entrenador a un auténtico mito? "La primera impresión es favorable", responde Cappa; "la segunda también es favorable, pero a la tercera el jugador quiere un entrenador, no un mito".

El seleccionador de Brasil, Carlos Dunga, viejo rival de Maradona en el Mundial de Italia 1990, confía en el conjunto que ganó la Copa Confederaciones con una novedad: Adriano, que suele marcar ante Argentina y se ha recuperado en el Flamengo. Siguiendo el manual de Dunga, Brasil tratará de aprovechar las jugadas de estrategia y la velocidad en el contragolpe de Robinho, Kaka y Luis Fabiano. "Nos van a pegar, como siempre", se resigna Robinho mientras que el lateral Maicon teme una encerrona por las escasas dimensiones del campo. El partido se juega en Rosario, no en Buenos Aires, porque la gente del interior es más efusiva que la de la capital. "Es una cancha parecida a la de Boca, donde la presión de la hinchada se nota más", explica Cappa.

Los mensajes de Maradona giran en ese círculo de lo emocional: "El que pase por al lado de uno con camiseta amarilla lo va a tener que correr".

Diego Maradona y Messi, durante un entrenamiento de la selección argentina.ASSOCIATED PRESS

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