Análisis:Mundiales de atletismo en Berlín

Sencillamente espectacular

Acabo de salir del estadio y estoy impactado. Ha sido sencillamente espectacular. Cuando hace 15 años se bajó de 9,80 segundos se dijo que el límite estaría en 9,70. Ahora que Usain Bolt acaba de bajar de 9,60 tengo la sensación de que me he comido once récords mundiales de una sola sentada. Se han dado unas condiciones óptimas. Dos corredores fantásticos en su mejor momento, un viento a favor de 0,9 metros por segundo, 26 grados de temperatura... Todavía sobre la pista, Bolt ha dicho que sus mordiscos al récord no han terminado: "Daré juego". Sin embargo, tengo la sensación de que nos costará...

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Acabo de salir del estadio y estoy impactado. Ha sido sencillamente espectacular. Cuando hace 15 años se bajó de 9,80 segundos se dijo que el límite estaría en 9,70. Ahora que Usain Bolt acaba de bajar de 9,60 tengo la sensación de que me he comido once récords mundiales de una sola sentada. Se han dado unas condiciones óptimas. Dos corredores fantásticos en su mejor momento, un viento a favor de 0,9 metros por segundo, 26 grados de temperatura... Todavía sobre la pista, Bolt ha dicho que sus mordiscos al récord no han terminado: "Daré juego". Sin embargo, tengo la sensación de que nos costará mucho ver algo como lo que acabamos de ver. Pasará mucho tiempo para que podamos asistir a otra carrera así.

Usain Bolt es un velocista excepcional. Rompe con el arquetipo de corredor de los 90, con Mo Greene y Leroy Burrell, para recordarnos al longilíneo Carl Lewis. Es alto y ligero a un tiempo. Sus músculos son alargados. El año pasado se dijo que la estatura le restaba coordinación, pero en Berlín nos ha demostrado que no es así. Sobre todo en la salida. En el último año ha mejorado la puesta en marcha. Si antes ganaba en los últimos 50 metros, ahora se ha impuesto desde el primer metro al último. Tengo la sensación de que fue adelante siempre. Esto tiene mucho mérito. Lo hizo ante adversarios como Tyson Gay y Asafa Powell, que tienen una salida excelente.

Contra las impresiones iniciales sobre su adaptación al 100, Bolt ha dejado claro que es técnicamente muy bueno. No una vez. Ha corrido con gran clase en cada una de las pruebas de 100 que ha disputado en estos Mundiales. De otro modo no se explica la perfección de la final. Una carrera semejante sólo es posible al cabo de una temporada muy calculada. Bolt llegó a Berlín después de hacer 9,79 segundos este año. Gay venía de correr en 9,77. No habían tenido lesiones. Todas las condiciones apuntaban a este momento. A esta final. Me cuesta pensar en que un recorte a este récord sea posible. Aunque tal vez, en los últimos cinco metros, se dejó llevar. Quién sabe.

Alfredo Pérez Rubalcaba es ministro del Interior. Fue velocista. Hizo 10,9s en 100m.

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