Cosa de dos

Mensajes

Yo creía que un poco de culpa la tenía el periodismo. Ya saben que no es noticia que un perro muerda a un hombre, sí lo es que un hombre muerda a un perro. Bueno, eso se decía antes. Ahora, muerdes a un perro y no sales ni en Arena mix. Para que te incluyan en el programa que Antena 3 dedica a las inquietudes de ciertos veraneantes, tienes que enseñar las tetas, vomitar, o ambas cosas.

Decía, ingenuo de mí, que sospechaba de los periodistas. Pensaba que los políticos se pasaban el día diciendo cosas razonables y que, por exceso de trabajo y celo profesional, en algún momento come...

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Yo creía que un poco de culpa la tenía el periodismo. Ya saben que no es noticia que un perro muerda a un hombre, sí lo es que un hombre muerda a un perro. Bueno, eso se decía antes. Ahora, muerdes a un perro y no sales ni en Arena mix. Para que te incluyan en el programa que Antena 3 dedica a las inquietudes de ciertos veraneantes, tienes que enseñar las tetas, vomitar, o ambas cosas.

Decía, ingenuo de mí, que sospechaba de los periodistas. Pensaba que los políticos se pasaban el día diciendo cosas razonables y que, por exceso de trabajo y celo profesional, en algún momento cometían un desliz: un vahído, un calentón verbal. Entonces llegaba la prensa y lo destacaba para crear una noticia, y el político quedaba mal.

Resulta que no. Desde que los periodistas son prescindibles y los políticos envían sus mensajes directamente al televisor, como los malos de las películas de James Bond, hemos comprobado que nadie manipulaba ni exageraba nada. Resulta que son así. Aparecen en pantalla, sueltan su amenaza, y se disuelven en el éter.

De Camps me extraña menos. Da el tipo. Pero María Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP, me parecía otra cosa. De hecho, sigue pareciéndomelo. ¿Cómo se le ocurre enviar a los medios esas declaraciones tan cutres? No lo digo porque mezclara los presuntos trajes de Camps con la lucha contra el terrorismo, que ya son ganas, sino por cuestiones puramente formales: hasta los asesinos de Al-Qaeda producen videomensajes mejor facturados.

No pido que volvamos a la intermediación del periodista. Me conformaría con que los políticos se concentraran en lo suyo, en insultar al rival y a nuestra inteligencia, y no quisieran además dañarnos la vista.

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