"Soy técnico, como el fútbol del Barça"

De Malmoe a Copenhague en coche a primera hora de la mañana. Vuelo directo hacia Barcelona y primer contacto con una afición entregada. Otro coche para ir al club y a las 18.00, sesión fotográfica con el escudo del Barça a su espalda y otros cien aficionados de frente, coreándole y exigiéndole un saludo. "Quiero formar parte de la historia de este equipo", afirmó Zlatan Ibrahimovic (Malmoe, Suecia; 1981) para BarçaTv. Con una camisa blanca, un jersey gris de lo más chic, unos tejanos desgastados y unas zapatillas nike negras -al más puro estilo italiano deportivo-, Ibrahim...

De Malmoe a Copenhague en coche a primera hora de la mañana. Vuelo directo hacia Barcelona y primer contacto con una afición entregada. Otro coche para ir al club y a las 18.00, sesión fotográfica con el escudo del Barça a su espalda y otros cien aficionados de frente, coreándole y exigiéndole un saludo. "Quiero formar parte de la historia de este equipo", afirmó Zlatan Ibrahimovic (Malmoe, Suecia; 1981) para BarçaTv. Con una camisa blanca, un jersey gris de lo más chic, unos tejanos desgastados y unas zapatillas nike negras -al más puro estilo italiano deportivo-, Ibrahimovic se marchó al hotel Reina Sofía a descansar. Poco tiempo; tenía una cena en el restaurante Florida con el presidente, Joan Laporta, el vicepresidente Rafael Yuste, el director de fútbol, Raúl Sanllehí, y el secretario técnico, Txiki Begiristain.

"El contrato es bastante complicado", explica el agente del delantero sueco

A todos los que cruzaron con él un par de palabras les ocurrió lo mismo. "Es muy normal", comentaba uno. "No ha pedido nada extraño y todo le ha parecido bien", añadía un segundo. "Normal y profesional", remataba un tercero. Así lo demostró en la sesión de fotos junto al escudo del Barça. Tras dos minutos sonriendo y saludando, girándose cuando un fotógrafo le gritaba para sacar la instantánea con él de frente, se cansó. "¿Nos vamos ya?", pareció preguntarle al jefe de prensa. "Tranquilo, un poco más", le respondió éste, con un gesto con la mano, como frenándole. Y Zlatan volvió a sonreír, a saludar y a atender a todos. "¡Una pregunta rápida!", le pidieron entonces. "Imposible", respondió. Eso era demasiado. El club prefiere que hable hoy, si finalmente lo presentan. Hay pocas dudas.

Mino Raiola, agente del futbolista, atendió ayer a los medios de comunicación. "Aunque hay buena voluntad por ambas partes, tenemos que acabar de ultimar la negociación y eso, seguramente, no pasará hoy [ayer]", aseguró Raiola. Pero aclaró que no es fácil por motivos contractuales: "El contrato de Ibrahimovic con el Barça es bastante complicado. Pero se encontrarán soluciones". El jugador se ha rebajado el sueldo para respetar el techo salarial azulgrana, que lo marca Messi, aún pendiente de una revisión. Ibra, como ya le bautizó la afición que le coreó a las puertas del Camp Nou, recogió la palabra. "Sólo falta mi firma. Estoy muy contento y cuando esto se cierre seré el hombre más feliz del mundo". Y añadió: "Todo el mundo quiere venir al Barça porque es el equipo más grande de Europa o incluso del mundo".

Para Zlatan su juego se adaptará pronto al Barça. "Hay estrellas en cada línea y quiero aprender de ellos. Pero soy técnico, como el fútbol del equipo". Tampoco se tiene que preocupar el club por su vida fuera de la cancha. "Todo el mundo dice que soy muy aburrido porque siempre me quedo en casa. Me gusta estar con mi esposa y dos hijos", contestó. Ibrahimovic pasará esta mañana la revisión médica y por la tarde (18.30), bajo imprevisto de última hora, será presentado en el Camp Nou. Es el nuevo 9 del Barça.