Cae una red de 'narcos' en Perales del Río

La policía de Getafe requisa 74 kilos de cocaína y cierra un laboratorio ilegal

Todo se precipitó porque los narcotraficantes usaron el truco del gancho perdido. El contenedor, procedente de La Guaira, en Venezuela, sólo llevaba muebles hasta que el barco atracó en Cartagena de Indias, en Colombia. Durante la escala, alguien aprovechó para meter en su interior dos cajones con un montón de bolsitas grises que juntas sumaban 74 kilos de cocaína de alta pureza. Después, la embarcación puso rumbo a Valencia. Los agentes de la comisaría de Getafe, liderados por el comisario Gerardo Arranz, ya sabían que el pasado 10 de julio iba a llegar hasta España un pesado cargament...

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Todo se precipitó porque los narcotraficantes usaron el truco del gancho perdido. El contenedor, procedente de La Guaira, en Venezuela, sólo llevaba muebles hasta que el barco atracó en Cartagena de Indias, en Colombia. Durante la escala, alguien aprovechó para meter en su interior dos cajones con un montón de bolsitas grises que juntas sumaban 74 kilos de cocaína de alta pureza. Después, la embarcación puso rumbo a Valencia. Los agentes de la comisaría de Getafe, liderados por el comisario Gerardo Arranz, ya sabían que el pasado 10 de julio iba a llegar hasta España un pesado cargamento de droga, pero su idea era esperar a ver quién era el destinatario final de la mercancía tras su traslado por carretera hasta Madrid. Pero al percibir a través de un escáner que los traficantes habían usado el truco del gancho perdido -un ardid que igual que facilita meter las sustancias en un contenedor legal, facilita sacarlas-, todo se precipitó y se dio la orden de decomisar la droga en el puerto.

Los traficantes abandonaron instrumental y droga en un vertedero

Una semana después, llegaron las detenciones de tres individuos. Uno de ellos, el principal cabecilla, en Perales del Río (Getafe). "Es un buen aviso por si los vendedores quieren instalarse aquí", advierte Arranz, que desvela que la operación lleva en marcha siete meses. Todo comenzó por un seguimiento rutinario por la zona y por las advertencias de algunos ciudadanos, que se sorprendieron al ver el tren de vida de su vecino, que conducía cinco coches de alta gama pese a que aparentemente carecía de empleo.

A partir de estas sospechas, la comisaría getafense inició sus pesquisas. La investigación comenzó hace siete meses. Primero, con una minuciosa labor de información hasta el pasado mayo, cuando ya se tenía una idea casi completa de las dimensiones de la organización. Una red que operaba entre Colombia y España, donde vendía la mercancía al por mayor a otros clanes.

Los sospechosos eran profesionales y cautelosos. Tanto, que entre tres manejaban 12 teléfonos móviles para esquivar posibles escuchas.

A partir del mes de mayo, todo se precipitó, y en colaboración con el grupo XIV de la UDYCO, se fue cercando a la organización mafiosa. Eso sí, uno de los implicados se escapó. "Debió de darse cuenta de que estábamos muy cerca de ellos y se largó". Se marchó abandonando otro laboratorio ilegal, éste en Leganés. De hecho, encontraron todos los aparatos para tratar la droga e, incluso, "el propio material" tirado en un vertedero cercano al domicilio abandonado.

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Los agentes de Getafe aseguran que tienen muy controlada la zona de Perales, donde aún sigue activo el dispositivo de control de asentamientos, por su proximidad con la Cañada Real Galiana, aunque también, según los vecinos, la población tiene sus propios puntos de menudeo.

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