Gran 'Idomeneo' de Minkovski en el Via Stellae de Santiago
Minkovski va a Santiago como a su segunda casa: relajado y a pasarlo bien. Una receta ideal para que todos hagan lo mismo, fácil de decir y difícil de lograr. Sólo así, más el rodaje previo del Festival de Aix-en-Provence, que dio soltura y cuidado de detalles, nace una versión del Idomeneo de Mozart capaz de mantener viva la atención de todos durante tres horas y media, como ocurrió el pasdo martes en el Auditorio de Galicia.
De los solistas destacó Richard Croft, con su Idomeneo redondo por carácter, poderío y estilo mozartiano. Sophie Karthäuser hizo una Ilia de brillante timb...
Minkovski va a Santiago como a su segunda casa: relajado y a pasarlo bien. Una receta ideal para que todos hagan lo mismo, fácil de decir y difícil de lograr. Sólo así, más el rodaje previo del Festival de Aix-en-Provence, que dio soltura y cuidado de detalles, nace una versión del Idomeneo de Mozart capaz de mantener viva la atención de todos durante tres horas y media, como ocurrió el pasdo martes en el Auditorio de Galicia.
De los solistas destacó Richard Croft, con su Idomeneo redondo por carácter, poderío y estilo mozartiano. Sophie Karthäuser hizo una Ilia de brillante timbre y expresividad emotiva y serena (extraordinaria en Zeffiretti Lusinghieri). La voz de Yann Beuron se adecúa bien a su Idamante. Fue notable su interpretación del rondó Non temer... con un sobresaliente solo de violín de Thibault Noally.
La voz de Mireille Delunsch (Electra) tiene un incómodo vibrato e irregular colocación. Añadiendo su tendencia al grito, quedó por debajo del nivel medio de los protagonistas. Neptuno tuvo la mejor encarnación en la voz de Luca Titotto: puro poderío y majestad. Xavier Más hizo un Arbace notable por su vocalidad y Colin Balzer estuvo correcto como sacerdote.
El Coro de Cámara del Palau fue a más con sus dramáticas intervenciones al final del segundo y tercer actos. Les Musiciens du Louvre-Grenoble fueron el instrumento ágil, maleable y perfectamente adaptado a Minkovski que siempre son. Nada menos.