Gran Premio de Alemania

El monólogo ha terminado

La historia de la nueva escudería Brawn ha entrado en una segunda fase. El monólogo que había mantenido en las primeras carreras -Button ganó seis de siete- parece haber concluido. La superioridad que ayer demostraron los Red Bull fue tan notable que invita a imaginar que la batalla por el título no ha concluido. El campeonato sigue abierto.

A Brawn comienza a pesarle la soledad y el aislamiento que están viviendo desde que Honda les abandonó. Han aparecido algunos patrocinadores, pero ninguno de peso porque la aportación de Virgin es escasa y ya ha anunciado que no estará la próxima ca...

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La historia de la nueva escudería Brawn ha entrado en una segunda fase. El monólogo que había mantenido en las primeras carreras -Button ganó seis de siete- parece haber concluido. La superioridad que ayer demostraron los Red Bull fue tan notable que invita a imaginar que la batalla por el título no ha concluido. El campeonato sigue abierto.

A Brawn comienza a pesarle la soledad y el aislamiento que están viviendo desde que Honda les abandonó. Han aparecido algunos patrocinadores, pero ninguno de peso porque la aportación de Virgin es escasa y ya ha anunciado que no estará la próxima campaña. Eso supone un problema, porque no hay dinero para invertir en el coche. Hasta ahora han vivido del dinero de Honda, incluso la primera gran evolución presentada en Barcelona la habían financiado los japoneses. Pero cuando ha sido el equipo Brawn el que ha debido invertir dinero, éste no ha aparecido. Eso se nota en la lentitud con que van llegando las mejoras en comparación a las demás escuderías punteras y especialmente Red Bull.

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Las dificultades se acumulan en la escudería Brawn, porque además el ambiente interno se está deteriorando. Las fuertes declaraciones de Rubens Barrichello, en las que ponía en tela de juicio las decisiones de Ross Brawn y acusaba al equipo de haberle hecho perder la carrera, muestran la cara oculta de una escudería en la que parecía reinar una concordia absoluta. Ahora está claro que no es así, porque Barrichello está descubriendo que las promesas de igualdad de trato en relación a su compañero de equipo, Jenson Button, no se están cumpliendo.

En Red Bull todo es distinto. No hay problemas entre los dos pilotos. Que ganara Mark Webber no sólo no fue una tragedia para nadie, sino que causó una auténtica conmoción en el equipo porque todos sabían lo que significaba para él. Incluso Vettel fue el primero en felicitarle.

Este gran ambiente viene propiciado por el hecho de que el dinero aparece a raudales cuando es necesario. En Red Bull no hay problemas económicos. Su inversión en el coche de este año fue tan brutal casi como la de Honda. Y cuando descubrieron que el doble difusor de Brawn era legal, no tuvieron problemas en dejar a Adrian Newey en fábrica un par de grandes premios para que remodelara por completo el coche y consiguiera hacerlo aún más competitivo de lo que ya era. En las primeras carreras fue el único con difusor convencional que pudo competir con los dobles difusores.

Ahora mismo, Red Bull es superior a Brawn... Al menos en las condiciones de frío en que se han disputado las dos últimas carreras. Pero hay un elemento que distorsionará aún más las próximas carreras: el regreso de los grandes equipos. En Alemania, Ferrari logró el segundo podio del año, el McLaren de Hamilton funcionó muy bien hasta que sufrió un pinchazo y el Renault de Alonso mostró una nueva cara.

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