Columna

Manolo

A Galicia las cosas llegan con retraso pero llegan; tarde o temprano, para bien o para mal. El apagón de la televisión analógica está al caer, la Cidade da Cultura a ver si se cae y el AVE... bueno, el AVE también está al caer pero desde varios pisos más arriba. Lo que sí tenemos desde ya, extendiéndose por la red, es el primer virus informático genuinamente gallego. Se llama Manolo y no existe antivirus conocido. El virus Manolo llega a nuestros ordenadores en forma de correo electrónico y puede llegar a ser letal y destruir todos los sistemas informáticos del país. Es fácil de identificar po...

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A Galicia las cosas llegan con retraso pero llegan; tarde o temprano, para bien o para mal. El apagón de la televisión analógica está al caer, la Cidade da Cultura a ver si se cae y el AVE... bueno, el AVE también está al caer pero desde varios pisos más arriba. Lo que sí tenemos desde ya, extendiéndose por la red, es el primer virus informático genuinamente gallego. Se llama Manolo y no existe antivirus conocido. El virus Manolo llega a nuestros ordenadores en forma de correo electrónico y puede llegar a ser letal y destruir todos los sistemas informáticos del país. Es fácil de identificar porque se presenta a sí mismo. De hecho, el texto del correo es explícito. Cito de memoria según la información que me pasa Óscar Avendaño, internauta suicida donde los haya. Dice Manolo: "Hola, soy el primer virus informático genuinamente gallego. Como los gallegos no tenemos experiencia en programación, este virus se basa en un sistema de HONOR. Haga usted el favor de borrar manualmente todos los archivos de su disco duro y después reenvíe este e-mail a todas las direcciones que tenga en su agenda. Gracias. Firmado: Manolo". Es un mensaje aterrador porque cuenta con la participación del usuario. Si todos los gallegos -por aquello de que Manolo es un producto de la tierra- le hacemos caso, nos quedaremos sin el control de los semáforos, sin la última novela de Manolo Rivas (por lo tanto, Manolo no es cosa de Rivas), sin cajeros automáticos, sin la edición digital de EL PAÍS y sin las 300 fotos de la boda del cuñado. Esto último puede parecer una bendición del Señor pero, comparado con el caos en el que se vería sumergida Galicia, es bien poco el beneficio.

El apagón de la televisión analógica está al caer, la Cidade da Cultura a ver si se cae y el AVE...

Cuenta Manolo, pues, con la colaboración de sus víctimas y con su condición de gallego y esto es lo que le hace único entre todos los virus conocidos hasta ahora. El antivirus puede tardar milenios en estar listo porque, básicamente, consistiría en cambiar el cerebro de los gallegos y un hecho de tal calibre sólo lo produce el azar de la evolución. Y la expansión en Internet es imparable: a estas alturas, Manolo debe de estar invadiendo todos los ordenadores del mundo con su potencial destructivo. Quizá nunca haya llegado tan lejos el pensamiento gallego y en pocos días seamos el foco de atención de la comunidad internacional. Sólo cabe imaginarse a los informáticos del Pentágono preguntándose ante qué clase de nueva amenaza para la democracia estamos. Barajarán, incluso, la posibilidad de que Manolo vaya asociado a otro tipo de intervención mediática y manipulación de las mentes. Si aparece, por ejemplo, un hipnotizador profesional en la CNN o la Televisión de Galicia y convence a toda la población de la necesidad de hacer caso a lo que dice el correo electrónico, nos íbamos a reír del Efecto 2000 que al final se quedó en agua de borrajas. Tampoco hay que descartar que esto sea parte de una conspiración asociada a la Gripe A. La misteriosa empresa farmacéutica que la ha propagado puede tener ya la vacuna lista y que esta tenga efectos secundarios como, por ejemplo, provocar una credulidad ilimitada en los internautas. ¡Y qué decir de una religión fundamentalista que proclame que Manolo es el Nuevo Mesías y su corte celestial está formada por todos los santos del Pórtico de la Gloria! Visto lo visto, nada es imposible en estos momentos y el Pentágono lo sabe.

Galicia ha sido escenario de alguna de las mayores catástrofes tóxicas del planeta: ahora entramos en otro terreno. La toxicidad de Manolo va a llegar más allá de nuestras costas. El futuro aterriza en Galicia de forma sutil porque es la información -y no la materia- la que no se crea ni se destruye, simplemente se transforma, como la flota de coches oficiales de los distintos gobiernos gallegos o el huevo crudo que cae en aceite hirviendo y se convierte en huevo frito. Si el primer virus informático genuinamente gallego hila tan fino, es que estamos preparados para conquistar el mundo en el siglo XXI. Manolo está aquí para quedarse y Galicia da un paso de gigante en la Historia Universal. Por favor, reenvíe este mensaje.

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