Tribuna:ENCADENA2 | TOUR 2009 | Quinta etapa

El líder

El liderazgo de un equipo ciclista no se recibe como un regalo del azar o del cielo, sino que se gana como un botín de guerra. Para merecerlo, además de los éxitos previos, son necesarias dos virtudes primordiales: las fuerzas y el carácter. Un líder debe mostrar un carácter tan firme que nadie de su equipo le exija que demuestre sus fuerzas, y debe tener tantas fuerzas que nadie se atreva a poner a prueba su carácter. Cuanto más sólido sea este último, más rendimiento sacará de aquéllas. Dicho de otro modo: un líder es definitivamente reconocido cuando, aunque no lance ningún ataque, todos es...

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El liderazgo de un equipo ciclista no se recibe como un regalo del azar o del cielo, sino que se gana como un botín de guerra. Para merecerlo, además de los éxitos previos, son necesarias dos virtudes primordiales: las fuerzas y el carácter. Un líder debe mostrar un carácter tan firme que nadie de su equipo le exija que demuestre sus fuerzas, y debe tener tantas fuerzas que nadie se atreva a poner a prueba su carácter. Cuanto más sólido sea este último, más rendimiento sacará de aquéllas. Dicho de otro modo: un líder es definitivamente reconocido cuando, aunque no lance ningún ataque, todos están convencidos de que puede lanzarlo. Así ocurría con Merckx, con Hinault, con Armstrong, que hundían al rival desatando sobre la ruta una furiosa respuesta al desafío.

Ese prestigio hace que sus escuderos se pongan ciegamente a su servicio y le vayan abriendo de par en par la carretera, impidan que el viento devore sus fuerzas y protejan sus ruedas de roces ajenos y su entrada en la penumbra de los túneles. A cambio de la entrega de los suyos, el líder está obligado a dar ejemplo, a ser el primero del equipo en la meta y el último en rendirse. Si vence y se viste el maillot amarillo, descubrirá que hay un sol allí dentro que le da alas sin quemarlo, y le exigirán que vuele. En caso de derrota, nunca debe permitir que lo atrapen vivo y entero en la batalla. Será el primero en ocultar la debilidad y cicatrizar las heridas para estar al día siguiente disponible, aunque haya sido el último del grupo en recibirlas.

Un equipo sin líder no destaca, del mismo modo que un equipo con dos líderes es una buena forma de provocar una guerra civil: brotan los celos, los esfuerzos se dispersan, se duermen los centinelas y los gregarios no saben a quién entregar el último bidón de agua o el último puñado de polenta que llevan en las alforjas. En el pasado Mundial de ciclismo celebrado en Varese, el potente equipo español competía con dos líderes, Alejandro Valverde y Óscar Freire. Mientras ambos discutían, el italiano Alessandro Ballan ganó la carrera.

Eugenio Fuentes es escritor y Timm Kölln, fotógrafo.

Alberto Contador.TIMM KÖLLN

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