Un proyecto ilusionante de Europa
El pasado miércoles 3 de junio escuché en la cadena SER, en el programa La ventana, una interesante, y hasta cierto punto sorprendente, intervención de Santiago Carrillo, en la que venía a decir que la izquierda en España no había llegado a comprender cabalmente la importancia de estar presente en las instituciones europeas y, por consiguiente, la de participar en las elecciones que se celebraron ayer.
Coincido con estas apreciaciones, y muy especialmente las efectuadas en el sentido de promover la participación en las elecciones.
Pero pienso que también es verdad que la i...
El pasado miércoles 3 de junio escuché en la cadena SER, en el programa La ventana, una interesante, y hasta cierto punto sorprendente, intervención de Santiago Carrillo, en la que venía a decir que la izquierda en España no había llegado a comprender cabalmente la importancia de estar presente en las instituciones europeas y, por consiguiente, la de participar en las elecciones que se celebraron ayer.
Coincido con estas apreciaciones, y muy especialmente las efectuadas en el sentido de promover la participación en las elecciones.
Pero pienso que también es verdad que la idea de una Europa social y de unión entre pueblos y culturas, la idea de una Europa ilusionada e ilusionante por un mundo más justo, pacífico y acogedor, de una Europa que sepa aunar lo mejor de los pueblos y personas que la integran, y solidaria con las zonas más deprimidas del mundo y/o injustamente sometidas a poderes políticos despóticos, esa idea de Europa, no pocas veces se ve enormemente oscurecida por unos representantes políticos y/o funcionarios de la UE burocratizados, que tienden en ocasiones a producir más rechazo que adhesiones.
No se percibe en el horizonte dónde pueden estar los líderes europeos capaces de encandilar positivamente a los ciudadanos europeos en un proyecto ilusionante de Europa.