Reportaje:

"Ser o no ser" fumando un cigarrillo

Julio Manrique interpreta a un Hamlet próximo en el montaje de Oriol Broggi

"Ser o no ser, aquest és el dilema", fffffffff [bocanada de humo]. De esta manera, fumándose un cigarrillo, interpreta Julio Manrique el monólogo más famoso de la historia del teatro en la producción de Hamlet que dirige Oriol Broggi y que se estrena el lunes en la Biblioteca de Cataluña, cuya piedra añeja sirve estupendamente para evocar el castillo de Elsinore. Un Hamlet, pues el de Manrique, que quiere ser cercano y desafectado, lejos de la grandiosidad y de una intelectualidad mal entendida, muy vivo.

Al grito programático de "Ara volem fer un Hamlet!", la compañía...

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"Ser o no ser, aquest és el dilema", fffffffff [bocanada de humo]. De esta manera, fumándose un cigarrillo, interpreta Julio Manrique el monólogo más famoso de la historia del teatro en la producción de Hamlet que dirige Oriol Broggi y que se estrena el lunes en la Biblioteca de Cataluña, cuya piedra añeja sirve estupendamente para evocar el castillo de Elsinore. Un Hamlet, pues el de Manrique, que quiere ser cercano y desafectado, lejos de la grandiosidad y de una intelectualidad mal entendida, muy vivo.

Al grito programático de "Ara volem fer un Hamlet!", la compañía Laperla29, que nos ha regalado ya un gran Lear, se atreve a embarcarse en la que quizá sea la más grande aventura posible en un escenario. A su favor, la frescura, las ganas, el trabajo artesanal (ahí está junto a camerinos el retrato de Fabià Puigserver, toda una declaración de intenciones); también el talento, probado en tantas empresas. "La primera pregunta cuando decides hacer Hamlet es quién collons puede interpretarlo", se sincera Broggi, mientras al lado su protagonista, que luce chancletas, aspira un Camel. "Tenía a Manrique así que eso estaba resuelto". El Hamlet de Laperla29, en traducción de Joan Sellent, se hace con sólo siete actores -sudando lo suyo- pero con la pretensión de darlo prácticamente entero, recortando lo mínimo, en dos partes de 1,40 y 1,10 horas. "Damos un Hamlet tal cual, sin una dramaturgia especial, sin una visión concreta, la historia que cuenta Shakespeare, sencillamente". Dice que no se han planteado qué pasa en Hamlet. Ello, claro, no es posible del todo, y al ir explicando el montaje, Broggi revela sus opciones. De entrada, inventa un prólogo en el que Horacio llega a un espacio intemporal a contar la historia de Hamlet, como éste le ha encargado, agonizante, tras el duelo final (así que, al fin y al cabo, el resto no ha sido silencio). Los actores toman entonces a sus personajes (varios cada uno) y empieza la representación. Más opciones: el espectro del padre aparece con más frecuencia ("lo hago salir de tanto en tanto"), y también se pasea Ofelia muerta. En el reparto: Carles Martínez, Carme Pla, Jordi Rico, Marc Rodríguez, Ramon Vila y Aida de la Cruz.

¿Quién es Hamlet? "Alguien muy humano en un momento de duda, de transición, de conocimiento; luminoso a veces, oscuro otras, que no controla los enfados; alguien muy inteligente, muy agudo, muy brillante, dotado de una irónica melancolía".

El duelo final se hace con floretes -pura tradición Olivier-, y hay en la obra música en directo, y mucha arena que parece arrastrada por el tiempo y en la que entierran a los muchos muertos.

Julio Manrique como Hamlet en el montaje de la obra de Shakespeare de Oriol Broggi.
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