El 'mayo azulgrana' deja una factura de 250.000 euros en destrozos

Las cinco fiestas 'culés' se han saldado con 250 detenidos y 400 heridos leves

La memorable temporada del Barça toca a su fin y los aficionados lo celebran. Los comerciantes también, aunque por distintas razones. Del mismo modo, los mossos respiran aliviados y guardarán el casco y la porra a la espera de mejores ocasiones. También el Ayuntamiento puede tumbarse un rato en la hamaca, aunque ha tenido que rascarse el bolsillo. El mayo azulgrana tiene consecuencias: los destrozos causados en el mobiliario urbano por pequeños grupos de alborotadores han costado a la ciudad (el balance es provisional) 250.000 euros.

La fuente de Canaletes ha estado someti...

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La memorable temporada del Barça toca a su fin y los aficionados lo celebran. Los comerciantes también, aunque por distintas razones. Del mismo modo, los mossos respiran aliviados y guardarán el casco y la porra a la espera de mejores ocasiones. También el Ayuntamiento puede tumbarse un rato en la hamaca, aunque ha tenido que rascarse el bolsillo. El mayo azulgrana tiene consecuencias: los destrozos causados en el mobiliario urbano por pequeños grupos de alborotadores han costado a la ciudad (el balance es provisional) 250.000 euros.

La fuente de Canaletes ha estado sometida a una fuerte presión por culpa del Barça. En los últimos 25 días, los culés han montado allí cinco macrofiestas. Las celebraciones por los triunfos ante el Madrid y el Chelsea, más o menos espontáneas e imprevisibles, fueron el preludio de lo que había de venir: choques con la policía, ataques a comercios y destrozos en farolas, contenedores y semáforos.

El comercio resiste las celebraciones mejor que el mobiliario urbano
Saura y Hereu se preguntan qué hacer con la minoría violenta

Los altercados más graves llegaron con la conquista de los títulos: Copa, Liga y Champions. Las cifras, redondeadas, son rotundas: 200.000 personas se concentraron en el centro de Barcelona, donde hubo 250 detenidos y 400 contusionados y heridos leves.

Aunque más multitudinaria, la jornada de ayer siguió el patrón de las precedentes. A las dos de la madrugada, unos 100 chavales -uno de cada 1.000 de los que celebraron el cetro europeo- lanzaron objetos a la policía y rompieron la barrera de seguridad. Los antidisturbios cargaron y los agentes de paisano practicaban las detenciones (119). Un total de 238 personas acabaron con pequeñas heridas.

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Pese a la nueva noche de disturbios, el Departamento de Interior y el Ayuntamiento convinieron ayer en ponerse una medalla. A su juicio, la policía ha hecho una labor "excelente" y las celebraciones han ido, por lo general, "bien". Las dos instituciones toman como referente la Champions ganada por el Barça en 2006. Entonces la fiesta degeneró en una noche de locura, con destrozos masivos y saqueos en comercios. La orgía costó, sólo a las tiendas (algunas no abrieron más), 600.000 euros.

Los comerciantes, precisamente, también parecen satisfechos con los resultados del mayo azulgrana. Así se expresan, al menos, las asociaciones que los representan: "Todavía no tenemos cifras, pero esta vez los daños han sido menores y esporádicos", explicó una portavoz. La labor preventiva ha funcionado, pero la picardía y la experiencia han sido determinantes. Algunos comercios optan por cerrar cuando hay títulos en juego ("saben que no es un día para hacer negocio") y otros han permanecido con el escaparate roto o la persiana caída hasta que cesara del todo el huracán culé.

Visto el balance, los responsables del orden público se plantean una pregunta: si la mayoría de los aficionados son cívicos, ¿cómo evitar que una minoría lo estropee todo y lesione el erario público? El consejero de Interior, Joan Saura, pidió ayer que se abra "una reflexión social sobre la extensión de la violencia". El alcalde, Jordi Hereu, fue más expeditivo. Pidió "una reforma legal que actúe contra los que atentan contra el patrimonio de todos", pero no dijo en qué debe consistir.

De momento, al Ayuntamiento le toca pagar: sólo los destrozos (o sea, reparar los daños) han costado 170.000 euros. El balance es provisional y hay que sumarle los gastos de limpieza, que, hasta la celebración de la Liga, ascendían a 80.000 euros.

Arriba, un grupo de alborotadores desmonta el perímetro de seguridad instalado por los Mossos en la confluencia de Pelai con La Rambla. Abajo, un joven intenta arrancar un semáforo en La Rambla.GIANLUCA BATTISTA

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