Un ataque al bolsillo de las bandas organizadas

El grupo 'antimafia' de la Guardia Civil bloquea 26 millones en una operación

Conseguir que un juez envíe a prisión a una banda de ladrones es uno de los principales objetivos de la Guardia Civil. La satisfacción se torna completa cuando sus investigaciones permiten además despojarles de todos los bienes que han acumulado a fuerza de asaltar viviendas, robar vehículos o clonar tarjetas de crédito.

El equipo contra el crimen organizado de la Guardia Civil (ECO) Costa del Sol se ha especializado en sus cuatro años de vida en hacerle la guerra a estas bandas. Aunque es un grupo polivalente, también investigan tráfico de drogas, los delitos contra el patrimonio han c...

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Conseguir que un juez envíe a prisión a una banda de ladrones es uno de los principales objetivos de la Guardia Civil. La satisfacción se torna completa cuando sus investigaciones permiten además despojarles de todos los bienes que han acumulado a fuerza de asaltar viviendas, robar vehículos o clonar tarjetas de crédito.

El equipo contra el crimen organizado de la Guardia Civil (ECO) Costa del Sol se ha especializado en sus cuatro años de vida en hacerle la guerra a estas bandas. Aunque es un grupo polivalente, también investigan tráfico de drogas, los delitos contra el patrimonio han concentrado gran parte de sus esfuerzos con buenos resultados.

"Si te ha pillado el ECO estás fastidiado", comentan en prisión a los recién llegados algunos de los presos que ya se han cruzado con ellos. Consiguen que el 80% de sus detenidos ingrese en prisión preventiva y también tienen un índice de condenas alto.

Logran que el 80% de sus detenidos vaya a prisión preventiva

"La investigación patrimonial es lo que más les duele, en una sola operación por tráfico de vehículos de lujo robados, hemos intervenido hasta 26 millones de euros en bienes", explica el teniente a cargo del equipo. Algunas posesiones tienen historia, como un reloj fabricado con acero del Titanic, valorado en 400.000 euros, recuperado el pasado marzo.

Sus 28 agentes forman el primer grupo 'antimafia' que la Guardia Civil creó en puntos estratégicos del país, junto con Alicante. Actúan en toda Andalucía, sobre todo en el arco Mediterráneo Sur, pero su centro de operaciones está en un piso franco de la Costa del Sol, escondite predilecto de numerosos mafiosos y prófugos.

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Para que su labor tenga éxito, se requiere paciencia e investigaciones minuciosas. La documentación intervenida a unos maleantes puede derivar en otro caso. Ocurrió con la operación Mar Muerto, por la que detuvieron en agosto a 10 personas que asaltaron más de 60 viviendas en Málaga, Cádiz, Granada y Murcia mientras sus ocupantes dormían. Parte de la información sirvió para que, ocho meses después, apresaran a otras 14 personas dedicadas a lo mismo. Estaban instaladas en la costa malagueña, pero se desplazaron hasta Vitoria, La Rioja o Alicante para cometer hasta 50 robos.

Durante la investigación, los guardias descubrieron que los maleantes estaban inquietos. Se preguntaban qué estaría pasando para que, poco a poco, todos estuvieran cayendo. "Creo que los conocemos mejor gracias a la creación de estos grupos", dice el teniente. "Eso no quita que cada delincuente aprenda en qué ha fallado cuando le pillas", añade. Algo que no les permite un respiro.

En estos casos, los sospechosos vivían en urbanizaciones de lujo de la Costa del Sol, gastaban mucho dinero en restaurantes de lujo y ropa de diseñadores, sin tener trabajo conocido.

Sus estructuras no son tan cerradas como se puede imaginar, aunque en casi todas hay un solo jefe. "Pueden crecer por el simple hecho de que varios de ellos no tengan nada que hacer y se unan para un golpe", señala el responsable del grupo. En contra del temor popular, las bandas que asaltan casas usan la violencia de forma ocasional. "Ocurre alguna vez, pero no es lo habitual", dice.

Agentes sin rostro

Para los guardias antimafia, el anonimato es clave. Gran parte de su trabajo se hace a pie de calle por lo que cuidan mucho que los sospechosos no les identifiquen. Cuando llega la hora de la detención, siempre actúan con pasamontañas, incluso en los interrogatorios.

El grupo, formado por 28 agentes, es muy heterogéneo. El departamento de recursos humanos hace un proceso de selección para que cada agente aporte una cualidad. La principal es tener una gran entrega y saber que en este puesto no hay horarios. Su puesta de largo fue con la operación Ícaros, con 13 detenidos que se dedicaban al hurto del pinchazo, aquel en que se aprovecha el desconcierto de una persona a la que se le acaba de pinchar una rueda para robarle. El juez tuvo a los apresados dos años en prisión preventiva.

El grupo, de élite, presume de su buen trato con sus compañeros. "Somos tan Guardia Civil como los de otro lado. Hay muy buenas relaciones con otros grupos", dice el teniente. "Los resultados son gracias al grano de arena que pone cada equipo y también, como no, al apoyo de nuestras familias", asegura el mando.

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