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Antes compañero y ahora jefe

PREGUNTA. Tras seis años en la misma empresa, hace tres meses fui nombrado director del departamento de IT, compuesto por 15 personas. Muchas de ellas son veteranas, con más trayectoria que yo, y siento que no acaban de aceptarme como jefe. Mi sensación es que esperan que fracase, y si quiero tener éxito, necesito ganarme su respeto. Si me nombraron creo que fue porque tengo una visión más clara de nuestro futuro tecnológico, pero a la vez necesito su experiencia para que las cosas funcionen. ¿Qué estrategia debo seguir para implicarles? E. S. Internet.

RESPUESTA
. No hay un único...

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PREGUNTA. Tras seis años en la misma empresa, hace tres meses fui nombrado director del departamento de IT, compuesto por 15 personas. Muchas de ellas son veteranas, con más trayectoria que yo, y siento que no acaban de aceptarme como jefe. Mi sensación es que esperan que fracase, y si quiero tener éxito, necesito ganarme su respeto. Si me nombraron creo que fue porque tengo una visión más clara de nuestro futuro tecnológico, pero a la vez necesito su experiencia para que las cosas funcionen. ¿Qué estrategia debo seguir para implicarles? E. S. Internet.

RESPUESTA. No hay un único camino para conseguirlo. Dependiendo de las características del equipo, de la situación de la empresa, del tipo de negocio y de la cultura organizacional, se pueden elegir diferentes líneas de acción. Lo más lógico, dado que los miembros del equipo tienen amplia experiencia, sería empezar preguntándoles sus puntos de vista sobre el área y su funcionamiento, procurando conocer su diagnóstico sobre los eventuales problemas que puedan existir, así como sus propuestas de solución; sin olvidar explorar sus motivaciones y su grado de identificación con la firma.

Tiene que ganarse la confianza de su equipo contando con él y siendo claro

La ventaja de este abordaje es que se consigue trabajar con el equipo en el campo de los problemas concretos y no en el de su aceptación o no como jefe. Este planteamiento debería hacerse de una forma sistemática, comenzando por reuniones individuales para terminar reuniéndolos en grupo para identificar problemas y planificar acciones de mejora para alcanzar el objetivo del área.

Tendría que hablarles claro y decirles que, aunque hasta ahora era su compañero, ahora es el jefe. Al consultarles y pedirles opinión, lo que se pretende es establecer una especie de "contrato psicológico" que fije reglas de comportamiento a respetar. Lo más importante es ser transparente, dejar claro que ejercer la autoridad no significa que el equipo no participe ni se involucre o cuente para las decisiones.

Es imprescindible que les diga que quiere trabajar y compartir con ellos, porque si siguen con la sensación de que su opinión no es importante, difícilmente conseguirá que se impliquen en el proyecto. Y un jefe siempre necesita un equipo para triunfar.

Sonia Mª Pedreira de Pinho es consejera delegada de Ray & Berndtson España.

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