Cartas al director

Groucho y la renovación del Gobierno

Al ver la renovación del Gobierno realizada por el presidente Rodríguez Zapatero y su consiguiente baile de competencias, cambiando el equipo que él mismo nombró hace tan sólo un año, uno no puede dejar de acordarse de Groucho Marx y en una de sus míticas películas, Una noche en Casablanca.

En ella, el genial Groucho es nombrado gerente de un importante hotel. Lo primero que hace al tomar posesión de su cargo es ordenar que se cambien el número de las habitaciones y de las llaves de las mismas, de tal manera que el número de la llave no coincida con el de la habitación.

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Al ver la renovación del Gobierno realizada por el presidente Rodríguez Zapatero y su consiguiente baile de competencias, cambiando el equipo que él mismo nombró hace tan sólo un año, uno no puede dejar de acordarse de Groucho Marx y en una de sus míticas películas, Una noche en Casablanca.

En ella, el genial Groucho es nombrado gerente de un importante hotel. Lo primero que hace al tomar posesión de su cargo es ordenar que se cambien el número de las habitaciones y de las llaves de las mismas, de tal manera que el número de la llave no coincida con el de la habitación.

Uno de los empleados se queja de que eso provocará el caos y una enorme confusión entre los clientes, a lo que Groucho responde alegando la gran diversión que conllevará semejante medida. Pues eso.

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