Naji Jabr, actor y cómico sirio
Con su hermano Mahmoud, fallecido el pasado verano, fue uno de los creadores del teatro nacional
Siria perdió el pasado 30 de marzo a uno de sus actores más queridos. Naji Jabr, también conocido por su personaje de Abu Antar, murió en Damasco a los 64 años, tras una larga lucha contra el cáncer.
Junto a su hermano Mahmud, fallecido el verano pasado, fue uno de los fundadores del teatro sirio. Miembro de una destacada familia de artistas, Naji había nacido en Shahba, en la provincia de Swaida, al sur del país.
En el recuerdo de los sirios perdurará su imagen como el gallardo y caricaturesco Abu Antar, símbolo de la fuerza y siempre al lado de la inteligencia manipuladora de G...
Siria perdió el pasado 30 de marzo a uno de sus actores más queridos. Naji Jabr, también conocido por su personaje de Abu Antar, murió en Damasco a los 64 años, tras una larga lucha contra el cáncer.
Junto a su hermano Mahmud, fallecido el verano pasado, fue uno de los fundadores del teatro sirio. Miembro de una destacada familia de artistas, Naji había nacido en Shahba, en la provincia de Swaida, al sur del país.
En el recuerdo de los sirios perdurará su imagen como el gallardo y caricaturesco Abu Antar, símbolo de la fuerza y siempre al lado de la inteligencia manipuladora de Ghawar al Toche, interpretado por Doreid Lahham. La pareja se convirtió durante los años sesenta y setenta del siglo pasado en el equivalente sirio de Laurel y Hardy.
Pero más allá de los papeles cómicos que le hicieron popular, Naji estaba considerado uno de los pioneros del cine nacional. Interpretó decenas de películas tanto para la gran pantalla como para la televisión.
Por ejemplo, protagonizó Sawaqat Al-Taxi (El taxista), dirigida por Mohammad Shahine en 1990, en la que un viejo taxista muere y la única forma de que sobreviva la familia es que el taxi lo conduzca su joven hija, que, además, es experta en kárate, como se cita en la web del Arab Cinema Directorio (Directorio de Cine Árabe).
También le dirigió Shahine ese mismo año en Thaaleb Al-Madina (Los zorros de la ciudad), en la que un profesor de una escuela privada es explotado por el propietario de ésta, que además se dedica a vender mercancías de contrabando. Cuando el profesor descubre lo que ocurre, utiliza su inteligencia para llegar a la cima del negocio, pero no sabe que los contrabandistas están planeando asesinarlo.