Muere un hombre calcinado en una nave industrial abandonada

Los vecinos se quejan de que el almacén está tomado por ladrones

"Anda, qué nube más negra", pensó Felisa de Francisco, de 69 años. Pero tampoco le dio importancia al ver de dónde venía el humo: una nave abandonada a la altura del 19 de la calle de Méndez Álvaro. Hace años que el sitio lo ocupan intermitentemente indigentes que suelen encender fuegos. Pero el humo no era de una hoguera, sino de un incendio que ocurrió pasadas las nueve de la mañana. La Policía y los Bomberos acudieron al lugar y extinguieron el fuego. Entre los enseres quemados de una chabola hallaron el cuerpo calcinado de un hombre de unos 30 o 40 años. La Policía investiga las causas de...

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"Anda, qué nube más negra", pensó Felisa de Francisco, de 69 años. Pero tampoco le dio importancia al ver de dónde venía el humo: una nave abandonada a la altura del 19 de la calle de Méndez Álvaro. Hace años que el sitio lo ocupan intermitentemente indigentes que suelen encender fuegos. Pero el humo no era de una hoguera, sino de un incendio que ocurrió pasadas las nueve de la mañana. La Policía y los Bomberos acudieron al lugar y extinguieron el fuego. Entre los enseres quemados de una chabola hallaron el cuerpo calcinado de un hombre de unos 30 o 40 años. La Policía investiga las causas del origen del fuego y la identidad del hombre.

Para acceder a la nave hay dos opciones: o bien saltar la pequeña tapia de hormigón, de unos dos metros, o romper el candado de la puerta metálica. Los últimos huéspedes del antiguo almacén optaron por la segunda. Se atraviesa un patio, lleno de basura, y a mano derecha está la nave en sí, que en otro tiempo fue una fábrica de recambios de neumáticos. Es un espacio diáfano donde alguien ha construido habitaciones, pequeñas chabolas, hechas con hierros y plásticos. Está lleno de mugre y latas de cerveza, ropa y comida tirada por el suelo, incluso el cadáver de un gato.

A los vecinos no les gusta la gente que vive dentro. "Se dedican a robarnos", asegura Ángel Gordaleza, de 73 años. A él y a su mujer, Felisa, les han entrado en su piso, en el número 27, en dos ocasiones. "El jueves asaltaron a mi hijo", explica Mari Carmen del Cierro, de 45 años, vecina del 29. El joven llegaba de fiesta y se le echaron encima delante de su casa. Según los vecinos, son varios rumanos que llevan en el barrio un par de semanas. Dicen que les dan muchos problemas.

Hace años que la nave la ocupan indigentes. En septiembre, preocupados por los robos y las agresiones, los vecinos llegaron a un acuerdo con Domingo González Rincón, de 66 años, un hombre que vive en la zona con sus perros y que se ha convertido en un vigilante que trata de evitar la entrada de los indigentes a los pisos.El hombre habita justo el solar pegado al del número 19, que está entre los pisos y la nave. Está también abandonado y dicen que no saben de quién es. Domingo se ha instalado con su mujer, Marcela Jiménez, de 54 años. Antes vivían en la calle. Domingo era albañil, ahora está jubilado. Marcela "hacía la calle". Juntos cultivan rábanos, ajos, acelgas, habas en el solar y a cambio, tienen a sus cinco perros, que vigilan que nadie salte al solar y desde él acceda a los pisos.

"Ayer me pegaron porque querían entrar", explica Domingo y muestra una herida en la ceja. "Pero yo les dije que por aquí no entraban, ni por las buenas ni por las malas", asegura.

La nave del número 19 ya ha dado problemas en otras ocasiones. En 2004 una pelea acabó con la muerte de un ucranio, de 37 años, a cuchilladas. Entonces el Ayuntamiento tiró abajo parte de la nave para que no volvieran a hacinarse indigentes dentro, pero de poco ha valido.

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"Yo vivía aquí", recuerda una mujer rumana, que no quiere identificarse. Ahora vive en un piso de alquiler, pero se pasó años viviendo en el 19 de Méndez Álvaro. Un vecino cuenta que un tal Mijail iba por la Estación Sur, que está al lado, reclutando a rumanos y luego les cobraba un alquiler por estar en el antiguo almacén. De ese hombre ya no queda rastro.

Hace poco más de dos años hubo otro incendio en el lugar, sin víctimas. La policía sigue investigando las causas del de ayer. El aviso lo dio una patrulla que pasaba por la zona y vio el humo saliendo. "Esto es que bebieron y uno de ellos mató al tipo", aventuran los vecinos más desconfiados.

Con el de ayer, son ya cinco los incendios que se han producido en la región durante el puente de San José. Dos han sido en restaurantes, (en un VIPS y en un De María) otro en una vivienda abandonada y un cuarto, la noche del viernes en un piso en Parla. Éste causó la intoxicación leve de 22 personas, y el realojo de 12 familias.

Una de las chabolas arrasadas por el fuego que se originó ayer en una nave abandonada en el número 19 de la calle de Méndez Álvaro.CRISTÓBAL MANUEL

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