Canobbio derriba al Getafe

Tres puntos más, la permanencia casi asegurada, a un solo partido dicen los números habituales. El Valladolid no para, está en racha, se siente a gusto con su fútbol, con su trayectoria, con su comportamiento, es casi feliz. Ayer tuvo delante un rival hermético con un portero en estado de gracia y terminó atrancado, pero Mendilibar puso en el césped toda la calidad que tenía y en el momento en que Víctor y Canobbio se encontraron, consiguieron fabricar un gol, un golazo, para resolver un partido que olía a empate.

El partido comenzó peleado en cada palmo, cada futbolista presionado en c...

Tres puntos más, la permanencia casi asegurada, a un solo partido dicen los números habituales. El Valladolid no para, está en racha, se siente a gusto con su fútbol, con su trayectoria, con su comportamiento, es casi feliz. Ayer tuvo delante un rival hermético con un portero en estado de gracia y terminó atrancado, pero Mendilibar puso en el césped toda la calidad que tenía y en el momento en que Víctor y Canobbio se encontraron, consiguieron fabricar un gol, un golazo, para resolver un partido que olía a empate.

El partido comenzó peleado en cada palmo, cada futbolista presionado en cualquier acción, el cuero asfixiado y atrancado, sin recorrido, pero sin que ninguno de los dos equipos perdiese el gusto por cuidarlo, por echarlo al piso y buscar jugada, ni un solo balonazo. En la pelea el Valladolid salió ganando porque su centro del campo apareció primero y porque encontró en la izquierda a un central convertido en lateral, Rafa, con poco apoyo de su compañero de banda, Gavilán, y con una pareja acostumbrada a asociarse, Pedro León y Pedro López. Poco a poco el Valladolid comenzó a rodear el área del Getafe, a golpear sin descanso. Primero Oldoni, luego Pedro López, probaron las manoplas de Jacobo, el portero que salió cedido de Valladolid tras el imparable ascenso de Sergio Asenjo, que ha vivido a la sombra de Abbondanzieri buena parte de la temporada y que ayer regresó a Valladolid para exhibirse entre los mismos palos que posiblemente tendrá que defender la próxima.. El Valladolid regresó del descanso destemplado, y el choque quedó en vía muerta hasta que Mario se marchó al vestuario expulsado por una segunda amarilla innecesaria. Mendilibar ordenó el último arreón, Víctor se encontró con Canobbio, y entre los dos, un pase profundo, otro picado, un quiebro ante el portero, consiguieron descerrajar la defensa del Getafe y tres puntos que acercan al Valladolid a los puestos europeos.