Reportaje:Signos

La tierra de las mil danzas

El 13º Festival de Jerez convierte a la ciudad en la capital mundial del baile flamenco

Se trata de una de esas ocasiones en las que cualquiera puede tomar conciencia de la trascendencia internacional del arte flamenco. Durante poco más de dos semanas -desde hoy hasta el 14 de marzo-, Jerez de la Frontera se convierte en foco de atracción para gentes venidas de los lugares más insospechados del planeta. Ya no es sólo de Japón, donde la afición por el flamenco es más que conocida. Las colonias alemanas o italianas rivalizan actualmente en número con la japonesa. Pero también llegan desde EE UU y Canadá o desde Oriente Próximo en cantidad creciente.

Baste con señalar que sól...

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Se trata de una de esas ocasiones en las que cualquiera puede tomar conciencia de la trascendencia internacional del arte flamenco. Durante poco más de dos semanas -desde hoy hasta el 14 de marzo-, Jerez de la Frontera se convierte en foco de atracción para gentes venidas de los lugares más insospechados del planeta. Ya no es sólo de Japón, donde la afición por el flamenco es más que conocida. Las colonias alemanas o italianas rivalizan actualmente en número con la japonesa. Pero también llegan desde EE UU y Canadá o desde Oriente Próximo en cantidad creciente.

Baste con señalar que sólo los más de 40 cursos de baile y talleres que se imparten de forma paralela reúnen a más de un millar de inscritos. No es que la ciudad, que cuenta con más de 200.000 habitantes, sufra una convulsión, pero sí que la presencia debida al festival se deja notar de forma notable en la hostelería y, especialmente desde el atardecer y por las calles del centro, en ese fluir variopinto de gentes que transita de uno a otro de los cuatro escenarios con que cuenta el festival: el Teatro Villamarta -el principal-, la Sala Compañía, el Palacio de Villavicencio y la Bodega Los Apóstoles.

Aficionados italianos, alemanes y japoneses rivalizan en pasión
"El certamen es un acicate para la creación", señala un especialista
La cita jerezana apuesta por el encuentro con otras disciplinas

Todos se encuentran a una distancia entre sí que se puede recorrer a pie, lo que constituye uno de los valores más apreciados de la cita: su dimensión humana. Artistas, aficionados y cursillistas se pueden encontrar en distintas ocasiones desde el mediodía hasta bien entrada la madrugada en tertulias y en actuaciones -que nunca son simultáneas-, o en bares y peñas donde se prolonga la fiesta.

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El baile flamenco y la danza española constituyen el eje temático de este festival, lo que lo convierte en una cita de referencia de entre todas las que el flamenco celebra en el mundo. Para el profesor universitario José Luis Navarro, autor de una excelente historia del baile flamenco, la cita jerezana "es un escaparate y un termómetro, al ofrecer cada año una panorámica de la situación actual de la danza flamenca que permite medir su salud". "Es, además, un acicate para la creación, ya que supone un reto para los artistas, que les obliga a estrenar nuevas obras", añade.

Ese termómetro que es el festival ofrece para Navarro un excelente estado de salud: "A pesar de los inevitables mimetismos, algo que ha ocurrido siempre en todas las etapas históricas del baile flamenco, creo que estamos viviendo un momento verdaderamente apasionante por las novedades que cada día suben a los escenarios", opina el profesor.

Fiel a esa condición de escaparate de tendencias y espectáculos, el Festival de Jerez ofrece estrenos absolutos y un panorama de la actualidad que presenta el circuito. Así, en el primer grupo se encuentra en primerísimo lugar la nueva creación de la bailaora Eva Yerbabuena, Lluvia, que inaugura esta noche el ciclo que tiene lugar en el Teatro Villamarta. Las novedades proseguirán con las obras Mi último secreto (11 de marzo), de Mercedes Ruiz, que en la pasada edición se alzó con el premio que otorgan los críticos, y Cádiz de la Frontera (8 de marzo), que protagonizan Andrés Peña y Pilar Ogalla.

El festival también apuesta por la evolución creativa del baile y el encuentro del flamenco con otras disciplinas, como la danza española. En la línea del primer supuesto hay que situar el estreno de Inspiración (mañana, sábado), donde la música del guitarrista Juan Diego será la guía que ilumine el baile de Ángel Muñoz y Adela Campallo, mientras que en el segundo se hallaría Flamenco se escribe con jota (9 de marzo), un espectáculo en el que las innovadoras jotas del bailarín Miguel Ángel Berna se fundirán con el baile flamenco de Úrsula López y Rafael Campallo.

Dentro del panorama del baile actual se encuentran presencias tan acreditadas como las de María Pagés, con Autorretrato (3 de marzo); Rocío Molina, con Oro viejo (7 de marzo), e Isabel Bayón, quien, con la obra Tórtola Valencia (6 de marzo), trae a Matilde Coral y Miguel Poveda como artistas invitados. También está el último Premio Nacional de Danza, Javier Barón (Dos voces para un baile, 4 de marzo) y dos de los principales representantes de la danza española, Aída Gómez, con Permíteme bailarte (1 de marzo), y Antonio Márquez, con su homenaje al legendario bailarín Antonio Ruiz.

El programa se completa con dos obras contrastadas como son De entre la luna y los hombres (5 de marzo), de Fuensanta La Moneta, y Mujeres de Lorca (12 de marzo), de Carmen Cortés. El ciclo del Villamarta se clausura con un homenaje al desaparecido Mario Maya, al que también se le dedicarán unas jornadas -del 10 al 12 de marzo- que estudiarán su importante legado.

Rocío Molina, en el espectáculo Oro viejo.

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